Madrid.- El Gobierno español pretende reforzar en la cumbre hispano-polaca que se celebrará este lunes la relación entre ambos países, principalmente en el ámbito económico y comercial, pese a las posturas diferentes que mantienen en la Unión Europea (UE) en asuntos como la política migratoria.

La localidad de Alcalá de Henares (centro) albergará la XIII cumbre bilateral entre España y Polonia, cuatro años después de la última y, por tanto, es la primera que presidirán el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, y su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, a quienes acompañarán una docena de ministros de ambos países.

Todos ellos mantendrán reuniones con sus respectivos homólogos de forma paralela al encuentro de Sánchez y Morawiecki, y participarán en el plenario.

En la cumbre se pretende fortalecer la relación en diversos ámbitos, pero de forma especial, según fuentes del Gobierno español, en el terreno económico, comercial y de inversiones.

Los dos países tienen una balanza comercial que tiende al equilibrio y que en 2020 llegó a casi 11.600 millones de euros, y hay muchas empresas españolas operando en Polonia.

Pero el Ejecutivo español considera que en ese terreno aún hay un gran potencial que puede aprovecharse.

España y Polonia tienen intereses comunes en la UE, son, respectivamente, la cuarta y quinta economía comunitaria, y su tamaño y población son similares.

Pero también hay cuestiones en las que el Gobierno progresista de coalición en España mantiene diferencias con el Ejecutivo del partido nacionalista-conservador polaco Ley y Justicia.

Entre ellas la política de migración y asilo de la Unión Europea, ya que Polonia (junto al resto de países del denominado grupo de Visegrado y que completan Hungría, República Checa y Eslovaquia) se opone a las tesis de países del sur de Europa como España.

Éstos son partidarios de una solidaridad obligatoria consistente, fundamentalmente, en repartir a los solicitantes de asilo, mientras que los países centroeuropeos se niegan a acoger a migrantes.

El Gobierno español considera la cumbre una oportunidad para explicar con detalle su posición.

Pero pese a las diferencias en este asunto, Varsovia (que es sede de la Agencia Europea de Fronteras, Frontex) se sumó al pleno apoyo de la UE a España ante la crisis con Marruecos tras la reciente llegada masiva de inmigrantes irregulares a Ceuta, ciudad española en el norte de África, procedentes de territorio marroquí.

También hay notables discrepancias entre los gobiernos español y polaco en otras materias, como el aborto o los derechos de los homosexuales, y Polonia dificultó junto a Hungría el acuerdo logrado finalmente en diciembre sobre fondos europeos de recuperación.

Ambos países los habían vetado por su rechazo a vincular las ayudas al respeto del Estado de derecho, y aunque modificaron en diciembre su posición, el pasado marzo presentaron ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea acciones contra el mecanismo que establece esa condición.

Con independencia de esa acción, Polonia aprobó esta semana en su Parlamento el mecanismo para poner en marcha el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, con lo que todos los países de la UE han culminado ya ese trámite parlamentario imprescindible.

En el marco de los fondos europeos, Sánchez y Morawiecki tendrán oportunidad de analizar la evolución de la pandemia de coronavirus en sus respectivos países y en la UE, así como el proceso de vacunación y la próxima puesta en marcha del certificado digital covid que facilitará la movilidad entre países europeos.

Las intensas relaciones culturales, con un número creciente de polacos aprendiendo español, serán otro capítulo de la cumbre, en la que se firmarán seis memorandos en materia de asuntos exteriores, ciberseguridad, transportes e industria, además de una declaración conjunta.

La celebración de este encuentro en Alcalá de Henares tiene un carácter simbólico ya que en esta localidad madrileña hay una gran comunidad de polacos.

La ciudad ya contó en 2001 con la presencia del entonces jefe del Gobierno español, José María Aznar, y su homólogo de Polonia, Jerzy Buzek, con motivo del acto de hermanamiento de Alcalá con la ciudad polaca de Lublin.