Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – En 2024, se marca el tercer año de Gobierno de la presidenta Xiomara Castro, en el que la economía de Honduras se enfrentó a múltiples retos y oportunidades tanto en el entorno global como por decisiones internas clave.

Los especialistas indican que no hay mucha variación en cuanto a mejoras en la economía nacional y por el contrario hay muchos índices a niveles preocupantes y mucha incertidumbre, de manera que el panorama sigue siendo poco alargador en las perspectivas ya para el próximo año 2025.

Uno de los principales temas en el presente año fue el incremento de la Tasa de Política Monetaria (TPM), que incrementó las tasas de interés, la devaluación del lempira frente al dólar, que afectó la capacidad adquisitiva de la población y elevó los costos de los productos importados. A pesar de esto, las remesas continúan siendo un pilar fundamental para la economía, alcanzando niveles récord y mitigando parcialmente los efectos de la inflación.

Además, el gobierno de Xiomara Castro trabajó en consolidar acuerdos con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) para garantizar la estabilidad macroeconómica y promover reformas estructurales, mismo que logró tras dos revisiones tardías para un posterior desembolso.

En cuanto al problema de desempleo, algunos estudios anotan que los índices crecieron por el cierre de algunas empresas maquiladoras entre otros sectores que también han mostrado deterioro, lo que además es una de las principales causas para las altas cifras de migración, en este punto, sectores empresariales han criticado la falta de un diálogo fluido entre el sector público y privado, para gestionar o transversalizar políticas para la generación de empleo en el país.

De las noticias positivas fue el acuerdo con el FMI.

En términos de inversión, se promovieron proyectos de infraestructura y se buscaron alianzas estratégicas para fomentar la generación de empleo, particularmente en la zona norte del país. Sin embargo, la percepción de inseguridad y corrupción sigue siendo un obstáculo significativo para atraer inversión extranjera.

La canasta básica experimentó incrementos sostenidos durante el año, afectando especialmente a los hogares más vulnerables. En respuesta, organizaciones de la sociedad civil han urgido al gobierno a implementar medidas de alivio económico más efectivas.

A pesar de los desafíos, el sector agrícola y la industria de exportación, especialmente el café y los productos acuícolas, aunque algunos decrecieron otros mantuvieron su dinamismo, consolidándose como motores importantes del sostenimiento económico.

Crecimiento estancado

El Banco Mundial proyecta un crecimiento del PIB del 3.5% para 2024, mientras la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) incrementó hasta el 2.2 % su previsión de crecimiento del PIB regional para este año, y situó a Honduras con un crecimiento de 3.6 %.

Las cifras coinciden con el Programa Monetario 2024-2025, presentado por el Banco Central de Honduras que mantiene la estimación de crecimiento del PIB en un rango entre 3.5 % y 4.5 %.

Sin embargo, para los economistas ese porcentaje de crecimiento mantiene la economía del país estancada, es un crecimiento muy bajo para lo que se necesita debería de ser un crecimiento sostenido de un 6%.

El economista Julio Raudales, en entrevista con Proceso Digital, señaló que Honduras enfrenta un crecimiento económico que, aunque superior al promedio de años anteriores, sigue siendo insuficiente para resolver los problemas estructurales como reducir la pobreza y la desigualdad que afecta al país.

Para lograr una transformación significativa, Raudales sugirió que Honduras necesitaría crecer de manera sostenida a tasas del 6 % o 7 % durante al menos dos décadas.

Se torna complejo el clima de inversión en Honduras.

Sin inversión y seguridad jurídica crece el desempleo

La inversión extranjera a junio alcanzó 77.9 millones de dólares, lo que, en comparación con la cifra reportada en el segundo trimestre de 2023, cuando se registró 237.7 millones de dólares, se observa una caída interanual de 159.8 millones de dólares y 67.2 %. Según los especialistas este año se cerrará con optimismo en los 700 millones de dólares y tomando en cuenta que siempre la mayor parte es reinversión.

Analistas atribuyen esta falta de dinamismo en la inversión a la inseguridad jurídica, el clima político y la ausencia de diálogo entre el gobierno y el sector privado.

Inflación y Déficit Comercial

En 2024, la tasa de inflación en Honduras se estimó en 4.6 %, por algunos organismos internacionales. Se proyecta que esta cifra se mantenga estable en 2025 y se estabilice en torno al 4% en los años posteriores.

El Banco Central de Honduras (BCH) estima que la inflación cerrará el año dentro de un rango de tolerancia del 4 % ± 1 %, según su Programa Monetario 2024-2025.

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Julio Raudales, economista.

El economista Julio Raudales, destacó que, aunque la inflación está bajo control en niveles manejables, esto no significa que sea baja. «Después de Nicaragua, somos el país con la inflación más alta en la región, situada históricamente entre el 5 % y 6 %. La gente se pregunta por qué vivir en Honduras es tan caro, y la respuesta está en las pésimas políticas públicas y los incentivos equivocados para el consumidor», afirmó.

En cuanto al déficit comercial, Honduras en su comercio exterior de bienes aumentó un 11.3 % entre enero y octubre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, alcanzando los 7,049.1 millones de dólares (unos 6,678.7 millones de euros), informó el Banco Central hondureño (BCH).

El reporte de la autoridad monetaria, las exportaciones hondureñas disminuyeron un 3.1 % hasta octubre, en comparación con el mismo lapso de 2023, situándose en 9,442.8 millones de dólares, atribuido a menores ventas externas de banano, café y aceite de palma, productos afectados por fenómeno climáticos, plagas, bajos precios internacionales y escasez de mano de obra.

Remesas y Reservas

Las remesas, siguen siendo la tabla de salvación de la economía nacional, un renglón que es tanto positivo como negativo según los especialistas porque si bien es cierto es dinero que entra a la economía nacional para sostener las reservas, es a un costo muy alto porque se comprueba que lo que más está exportando el país es su capital humano, en este año pese a  representar una clave de ingreso, muestran un crecimiento menor al esperado, proyectándose en 9,500 millones de dólares  con un aumento inferior al 4% respecto al año anterior.

Sin embargo, para los especialistas esta dependencia de las remesas, combinada con la débil atracción de inversión extranjera y el lento crecimiento de las exportaciones, pone en riesgo la sostenibilidad económica.

En los últimos tres años las reservas han ido cayendo según explicaciones de los conocedores del tema económico se debe a diferentes factores, entre ellos el préstamo de 1,000 millones del BCH a la Secretaría de Finanzas (Sefin) para apoyo presupuestario en el periodo 2022-2023.

Las remesas siguen sustentando la economía nacional.

Sin embargo, en el último mes se vio una recuperación lo que se atribuye al ingreso de capital extranjero a través de los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que después de dos revisiones retrasadas finalmente hizo el desembolso de fondos por el valor de 198 millones de dólares

Además, el gobierno recurrió a la emisión de un bono soberano de 700 millones de dólares, que no estaba contemplado originalmente en el presupuesto.

TPM, devaluación y encarecimiento de los préstamos

Uno de los puntos que ha marcado la economía este año también ha sido la devaluación del lempira, que superó los 62 centavos frente al dólar, y ha encarecido significativamente los productos importados, afectando la capacidad de consumo de los hondureños. Aunque algunos economistas advierten que esto es debido a que el Lempira está apreciado, y la devaluación es necesaria, también se reprocha que se haya hecho de forma acelerada y no de forma más progresiva.

A esto se suma la falta de dólares o la disponibilidad en el mercado, donde solo el 30% de las solicitudes se han podido satisfacer, ralentizando aún más el desarrollo económico, según denuncias del sector privado.

 Paralelamente, el incremento de la Tasa de Política Monetaria (TPM) del 4% al 5.75% en octubre ha elevado los costos de los préstamos entre un 3% y un 4.5%, limitando aún más el acceso a financiamiento para consumo, vivienda y negocios. Otra medida temporal que se tomó a destiempo por parte de las autoridades.

Alza a la TPM, severa estocada a la economía hondureña.

Sectores productivos en declive

El sector agrícola y de construcción han sido duramente golpeados. La producción de café cayó a 6 millones de quintales en la última cosecha, mientras que cultivos como el maíz, los frijoles y arroz sufrieron pérdidas superiores a los 2,500 millones de lempiras debido a fenómenos climáticos como la tormenta tropical Sara. Por su parte, el sector camaronero se enfrentó a un fallido acuerdo comercial con China, que impactó su músculo exportador.

En la construcción, un déficit de 2,400 millones de lempiras en deudas gubernamentales ha paralizado proyectos clave en los últimos meses.

En este punto los especialistas consultados por Proceso Digital enfatizan en que para alcanzar niveles de crecimiento aceptables Honduras, requeriría ajustes estructurales que el país no ha implementado. Entre ellos, de diversificar la economía, alejándose de la dependencia de productos primarios como el café, la palma africana y los camarones. «Estos productos no deben ser el eje central del crecimiento económico. Honduras tiene un enorme potencial en turismo, servicios con valor agregado y sectores creativos», anotó Julio Raudales.

La experta en inversiones y de entorno y riesgo empresarial, y exdirectora del Consejo Nacional de Inversiones, Jackeline Foglia, también mencionó la necesidad de diversificar los rubros de exportación y mejorar sustancialmente temas de energía, infraestructura, tecnología y agua.

Asimismo, criticaron los bajos niveles educativos del país, calificándolos como un obstáculo clave para el desarrollo.

Todavía no se aprueba el Presupuesto para el periodo fiscal 2025.

Presupuesto y Panorama 2025

Lastimosamente, Honduras mantiene niveles de productividad bajo tanto en el sector laboral como en el capital, lo que perpetúa un nivel de pobreza y desigualdad entre los más altos de América Latina.

El Presupuesto General de la República, está concebido como una herramienta de desarrollo, no obstante, por más que cada año se ve como incrementa la población hondureña no percibe esos aumentos en una mejora a su calidad de vida. La baja ejecución presupuestaria es una constante todos los años que con esfuerzo la mayoría de las instituciones sobrepasan entre el 60 al 70% y a final de año ya no invierten, sino que gastan. Pero más que falta de ejecución es falta de planificación, coinciden los especialistas. En el caso particular del 2024 se apunta que la ejecución tuvo muchos retrasos simplemente porque el Gobierno no tenía los fondos ya que contaba con dinero externo que no tenía y solo recién ya finalizando el año lograron el desembolso del FMI entre otros recursos.

El pasado mes de septiembre el Gobierno aprobó el anteproyecto de Presupuesto General de la República para el año 2025 por un monto de 430 mil 907.8 millones de lempiras, 23 mil millones más que en 2024, un aumento del 5.8 %. De este total, 266,667.6 millones corresponden al gobierno central y 164,240.2 millones a la administración descentralizada.

Pero el PGR, del 2025, sigue estancado en el Congreso Nacional donde es la controversia del momento, ya que la oposición aduce falta de conocimiento y muchas dudas en cuanto a la distribución de los recursos que no sería equitativa ni priorizada para los sectores de mayor relevancia y necesidad lo que levanta sospechas particularmente en un año electoral. El estira y encoge continua, mientras la principal herramienta de administración pública ya corre el riesgo de no aprobarse en el tiempo establecido.

El Banco Mundial proyecta un crecimiento del PIB del 3,4% para 2025, con una recuperación gradual a partir de 2026. Pero este crecimiento dependerá de una mejora en las condiciones globales y una mayor inversión pública y privada, aunque el camino sigue lleno de desafíos estructurales, y el panorama no es halagador ya que prevalece la incertidumbre que no abona a la inversión para el próximo año debido al clima electoral.

El horizonte exige medidas urgentes para reactivar sectores clave y garantizar la estabilidad económica en un país que lucha por superar obstáculos estructurales y globales.

La conclusión de economistas y financistas es que el desafío más grande de la economía hondureña es incrementar su PIB potencial, lo cual requiere un cambio de enfoque hacia sectores que generen mayor valor agregado y una mejora significativa en la calidad educativa; solo así el país podrá aspirar a un crecimiento sostenido y a una reducción real de la pobreza y la desigualdad. LB