Bajan al puerto de Algeciras (Cádiz) dos de las cinco mujeres de origen magrebí que han sido rescatadas por Salvamento Marítimo cuando viajaban con un total de 42 inmigrantes en una patera por aguas del Estrecho de Gibraltar y han sido trasladados para ser atendidos por Cruz Roja. EFE

Las Palmas de Gran Canaria (España) – Entre 136 y 160 personas han muerto o desaparecido en el océano Atlántico este año cuando intentaban llegar a las islas española de Canarias desde el continente africano en embarcaciones precarias, según datos de organismos de las Naciones Unidas a los que tuvo acceso EFE.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que desde el 1 de enero pasado hasta este lunes han muerto en esta ruta migratoria 63 personas y han desaparecido otras 73, lo que ofrece un promedio de una víctima cada 31 horas.

El Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) eleva la estimación a 81 fallecidos y 79 desaparecidos; o lo que es lo mismo, una vida perdida en el mar cada 27 horas.

Los últimos casos incorporados a esta trágica estadística ocurrieron la noche pasada, cuando un barco del servicio español de Salvamento Marítimo regresó con los cadáveres de dos varones subsaharianos recuperados al sur de la isla de Gran Canaria de una embarcación con 35 supervivientes.

El programa «Missing Migrants» de la OIM solo cuenta aquellos casos de los que tiene confirmación fidedigna, bien porque se recuperó el cadáver (63) o porque hay testigos de la desaparición (73), pero sus responsables precisan que se investigan varios «naufragios invisibles», de los que aún no hay datos.

Las Canarias sufren una fuerte presión migratoria de personas que huyen de la crisis sanitaria, económica y social causada por la pandemia de la covid-19.

A las costas canarias llegaron 5.734 inmigrantes de manera irregular desde principios de año hasta el 15 de junio pasado, un 116,5 % más que en el mismo período de 2020, según datos del Ministerio español del Interior.

Ese año fue el segundo mayor de la historia en número de inmigrantes (subsaharianos y magrebíes) que entraron de manera irregular en las Canarias (23.023), lo que causó una grave crisis de acogida humanitaria. En esas travesías perecieron 850 personas, según la OIM.