Dolores Domit, una española de 85 años, habla con la prensa mientras espera su turno para vacunarse contra la covid-19 en la lujosa residencia de la tercera edad "The Palace" en Miami, Florida. EFE/Ana Mengotti/Archivo

Cleveland (OH) – Si se quiere acabar con la creciente brecha entre blancos y latinos a la hora de vacunarse contra la covid-19 es necesario que las autoridades aumenten y mejoren la comunicación en español, opinó el doctor William Checkley.

Para el neumólogo y profesor asociado de la prestigiosa Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, «es posible que el mensaje no esté llegando» y así difícilmente la comunidad latina dejará atrás sus recelos hacia la vacuna.

Hay que «crear conciencia» de la necesidad de inocularse contra un virus que ha causado la muerte a más de 34.000 latinos, comunidad que, al igual que los nativos estadounidenses y los afroamericanos, tiene aproximadamente el doble de probabilidades de morir a causa de la enfermedad que los blancos, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

A ello hay que sumar que estos grupos minoritarios tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de ser hospitalizadas por complicaciones derivadas de la covid-19 que las personas blancas.

«Hay que ayudar a convencer a las personas de buscar la vacunas. Esto puede ser un asunto de no saber necesariamente cómo acceder o a dónde ir, y hay que darles la información necesaria», dijo Checkley a Efe.

En su opinión, para educar acerca de la vacuna «se necesita tener información que sea accesible públicamente y en español».

TENDENCIA A LA BAJA

Los esfuerzos gubernamentales para que la población hispana se vacune contra el coronavirus parecen no ser suficientes.

Según los datos más recientes de los CDC, solo un 8,5 % de los hispanos han recibido al menos una dosis de la vacuna y el 7,5 % las dos necesarias de Pfizer y Moderna, cuando el 18,5 % de la población del país es de origen latino.

Y la situación ha ido empeorando en las últimas semanas.

El 1 de febrero saltaron las alarmas cuando los CDC indicaron que solo el 11,5 % de los cerca de 13 millones de personas en Estados Unidos que habían recibido al menos la primera dosis de la vacuna contra la covid-19 en el primer mes de la campaña nacional (del 14 de diciembre al 14 de enero) eran latinos.

Desde entonces ese porcentaje ha caído todavía más y ahora solo el 8,5 % de quienes han recibido una o más dosis de la vacuna son latinos, así como el 7,5 % de quienes han recibido las dos dosis.

Este descenso se produce a pesar de que el presidente, Joe Biden, lanzó una estrategia nacional que tiene como uno de sus puntos clave aumentar la equidad en el reparto de las vacunas.

«Vamos a lanzar una campaña masiva para educar a la gente sobre las vacunas», dijo Biden.

ESTADÍSTICAS INCOMPLETAS

Ese plan incluía mejorar la recopilación de datos sobre los grupos de alto riesgo, pero en eso también se está fallando.

Actualmente, de los 51 millones de personas que han recibido al menos una dosis de la vacuna, solo se tiene información del 53,7 %.

Y para Checkley eso es un problema serio.

«Seguir las estadísticas nos puede ayudar a dirigir estos esfuerzos. Hay varios grupos de apoyo a la comunidad latina que pueden ayudar y llegar a estas comunidades para mejorar las tasas», señaló.

Para el experto de la Johns Hopkins, la información sobre raza o etnia es de suma importancia en este esfuerzo de vacunación: «Estas estadísticas nos ayudan a entender cómo mejor priorizar o identificar esos grupos que están en riesgo de no recibir la vacuna».

Según el neumólogo, también es necesario crear conciencia en las personas que administran las vacunas para que ayuden a completar esa información demográfica de forma correcta y así poder tener mejores estadísticas.

«Se sabe que también hay diferencias en la manera en que diferentes grupos étnicos responden a (la opción de) obtener la vacuna. Sabemos que los latinos tienen un poco más de preocupación respecto a recibir la vacuna en comparación con otros grupos étnicos. Pueden decir que no quieren la vacuna o no están seguros», dijo Checkley.

El resultado de los anunciados esfuerzos de administraciones federales y locales para ampliar el abanico de las personas que reciben las dosis contra la covid-19 se verá en unas semanas. Mientras tanto, el doctor tiene claro su mensaje: hay que vacunarse.