Tegucigalpa – Honduras debe buscar acuerdos con Estados Unidos y México para reducir la migración forzada de sus ciudadanos, así como combatir la violencia, la pobreza y la corrupción en el país, donde este año han sido deportados más de 14.000 hondureños, señaló este lunes a Efe un experto.
El director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Honduras, Rolando Sierra, dijo que reducir la migración irregular es uno de los «grandes desafíos» del Gobierno de la izquierdista Xiomara Castro, quien asumió como presidenta del país el pasado 27 de enero.
«Lo que hay que ver es cómo llegar a acuerdos migratorios importantes y sustanciales, especialmente con el Gobierno de México, que es de donde viene el mayor número de deportados, y con Estados Unidos», señaló.
El aumento en las deportaciones refleja que ha crecido el número de hondureños que tratan de migrar hacia Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, añadió el experto.
«Tiene que haber un diálogo y una política con mucha incidencia de parte del Gobierno (hondureño) para que los acuerdos migratorios, como el pacto mundial (para una migración segura, regular y ordenada que impulsa Naciones Unidas), se cumplan», enfatizó Sierra.
La elaboración del pacto fue acordada por jefes de Estado y de Gobierno durante una reunión celebrada en Nueva York en septiembre de 2016.
POBREZA Y VIOLENCIA, PRINCIPALES CAUSAS
Según estudios de Flacso y el Observatorio de las Migraciones Internacionales, citados por Sierra, los hondureños emigran por la pobreza y la violencia, dos de los principales flagelos que afectan a Honduras.
La mayoría de los hondureños salen desde los departamentos de Francisco Morazán (centro), Cortés y Yoro (norte), y Olancho (oriente), añadió el experto, a quien le preocupa que 14.610 hondureños fueran deportados al país centroamericano en los primeros dos meses de 2022.
Sierra indicó que la emigración de hondureños también es influenciada por la falta de oportunidades y el impacto del cambio climático en el país centroamericano.
«La emigración tiene que ver con las causas propias del país, como la violencia, la falta de oportunidades, factores medioambientales, pero también se da por la corrupción y la impunidad», subrayó.
Sierra afirmó que debido a la corrupción «los recursos no llegan a la población, genera más pobreza y, a más pobreza, menos oportunidades, entonces la gente decide migrar».
La corrupción y la impunidad generan «altos niveles de desconfianza de la ciudadanía en la institucionalidad estatal, y por eso vemos este aumento de (migrantes) y de solicitudes de refugio o asilo de hondureñas, especialmente en México, Estados Unidos, Canadá, Costa Rica y España», añadió.
CONSTRUIR CIUDADANÍA SOCIAL
En su opinión, evitar la migración irregular pasa por «construir en Honduras ciudadanía social, es decir, que el país sea capaz de garantizar a los ciudadanos todos los derechos, especialmente los económicos, sociales y culturales».
«Si nosotros nos sentimos parte de la sociedad, vamos a querer quedarnos en ella, pero si no nos garantizan estos derechos y no nos sentimos parte, nos sentimos expulsados», explicó.
Sierra destacó la importancia de «garantizar esta ciudadanía social, que históricamente no ha existido en Honduras, un país con altos niveles de pobreza, cerca del 72 % de la población, y una alta equidad en la distribución del ingreso, lo que no garantiza la ciudadanía social».
También influyen en la migración los bajos niveles de educación y la cobertura de salud, así como la seguridad ciudadana.
Las autoridades migratorias de México deportaron entre enero y febrero de este año un total de 7.624 hondureños, Estados Unidos (6.956) y países de Centroamérica (30), según un informe del Observatorio Consular y Migratorio de Honduras.
Del total de deportados, 12.014 eran adultos, es decir 9.265 hombres y 2.749 mujeres. Los menores de edad retornados en el periodo de análisis sumaron 2.596.