Santiago de Chile – La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pidió acelerar la producción ganadera sostenible en América Latina a través de actividades como el uso de la energía, el ciclo productivo de la ganadería bovina y la gestión del forraje, entre otras.

Existe coincidencia en que los Gases de Efecto Invernadero (GEI), y en particular el gas metano -producido por la digestión animal-, son «aportantes significativos» al cambio climático, dice la organización a través de un comunicado.

Diversos investigadores de América Latina, sin embargo, creen que es posible compatibilizar la producción ganadera, de la cual vive el 65 % de la población regional dedicada a la agricultura, con el cuidado al medioambiente y el combate al cambio climático.

“Si a igual o similar valor de gas metano emitido puedes producir más kilos de carne, estás siendo más eficiente; y en eso la región en el corto plazo tiene un enorme potencial”, sostuvo Pablo Cañada, ingeniero agrónomo de la Universidad de Buenos Aires.

Para Julián Chará, Coordinador del Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV) de Colombia, “las mejores prácticas de alimentación, la rotación de potreros (terreno cercado con pastos para alimentar al ganado), los sistemas silvopastoriles y el manejo adecuado de las pasturas contribuyen, por un lado, a que se emita menos metano por kilo de producto (leche o carne), y por otro, a que se incremente la captura de carbono en la biomasa y en el suelo”.

Para que estos procesos de cambio ocurran, es necesario un cambio tecnológico en el ciclo de producción ganadera, que conlleve a una mejora de los indicadores mencionados.

«Tradicionalmente, en América Latina, se trabaja en base a tecnología de insumos, es decir, en aplicar la sustitución del pastizal natural por especies sembradas, suplementos y fertilizantes, lo que conlleva a un incremento de los costos de producción”, ha asegurado Pablo Soca, investigador de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República de Uruguay.

Y agrega: “Sin embargo, el modelo de intensificación ecológica o sustentable, mediante la optimización de la producción, consumo y uso del campo natural hace que mejore la dieta del animal, se incrementa la producción de carne por unidad de superficie, el ingreso económico y se emite menor cantidad de gas metano”.

Llevar a cabo estos cambios implica, para los expertos consultados por la FAO, que existan las herramientas financieras que los estimulen, una provisión de asesoría técnica integral y capacitación para los productores.

El Oficial de Ganadería Sostenible, Sanidad Animal y Biodiversidad de la FAO para América Latina y el Caribe, Andrés González, concluye: “Teniendo en cuenta que la región está llamada a constituirse como la próxima productora global de alimentos, se deben extender cada vez más las acciones que contribuyan a la ganadería sostenible”.