Ciudad de México – En la política migratoria mexicana se esconde la «externalización» de las responsabilidades de Estados Unidos en este rubro, denunció este miércoles la profesora e investigadora del Colegio de la Frontera Norte (Colef) – Tijuana María Dolores París.
«En México concretamente, tenemos políticas que claramente fueron impulsadas para cumplir con un interés de Estados Unidos de externalizar su política migratoria», denunció en la sesión inaugural de la decimosegunda edición de The Migration Conference, celebrada en la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México.
Según argumentó, la externalización migratoria significa la «expansión» de la visión y las responsabilidades de los países del norte hacia los del sur, para que sean los que «bloqueen, impidan o seleccionen» a los migrantes que quieren llegar a estos primeros.
«En México, se realiza la mayor parte del trabajo de retención y deportación de adultos y, mucho más, de niñas, niños y adolescentes no acompañados», aportó.
Señaló que en Estados Unidos «hay muchas más restricciones para la deportación» de personas centroamericanas que en México.
«Realmente, el inicio de las políticas de externalización del asilo es apenas en 2016, todavía con el Gobierno de Barack Obama (2009-2017)», añadió París.
Así, estas medidas migratorias, «algunas legales y, otras, ilegales», pretendían que migrantes esperaran en México «por meses y, después, por años» para solicitar asilo en Estados Unidos.
La experta también se refirió a la aplicación estadounidense CBP One, que permite a migrantes que llegan a la frontera presentarse en un puerto de entrada para pedir asilo.
Según ella, ha generado «los grandes campamentos que hay en la Ciudad de México» y que los expertos «conocían muy bien en Tijuana (estado de Baja California) y Ciudad Juárez (estado de Chihuahua», ambas localidades fronterizas.
Con el foco en Centroamérica, París subrayó el carácter de «tercer país seguro» que Donald Trump, durante su mandato (2017-2021), quiso imprimir a Guatemala, un concepto que habilita a un Estado para que acoja a quienes solicitan asilo en otro.
Sin embargo, la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca frenó esta medida.
«Únicamente en Guatemala, aproximadamente 1.000 personas fueron enviadas de Estados Unidos, la mayoría de ellas hondureñas y salvadoreñas, para que pidieran asilo allí», explicó.
El impacto de estas políticas se observa en «la prolongación de las rutas» migratorias porque personas que llegaban a Estados Unidos a través del mar, como las de Cuba, ahora cruzan la «peligrosísima selva» del Darién, frontera entre Panamá y Colombia, para evitar detenciones o deportaciones.
Esta «externalización» migratoria estadounidense, opinó, responde a una «continuación de las intervenciones imperialistas» hacia México y Centroamérica.
No esperan «reversa» con Sheinbaum
La hermana Magda Silva, directora de la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento para Mujeres y Familias Migrantes y Refugiadas (Cafemin), reiteró la posición de París y descartó que, con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, el 1 de octubre, ocurra un «proceso de reversa» en la carpeta migratoria.
«No tengo muchas expectativas favorables en México ni, créanme, en Estados Unidos», reiteró, en relación con las elecciones presidenciales del vecino del norte en noviembre.
El senador opositor del Grupo Plural Emilio Álvarez Icaza urgió a las autoridades mexicanas una «profunda revisión» de la actitud hacia la migración porque, aseguró, la externalización provoca un auge «muy peligroso» de la xenofobia.
«Necesitamos urgentemente como país y como sociedad regresar a los criterios de solidaridad», zanjó.