
Tegucigalpa – La reciente imposición de tarifas aduaneras por parte del gobierno de los Estados Unidos ya comienza a repercutir en los mercados internacionales, y el café —uno de los productos más comercializados a nivel global— no ha quedado fuera de las consecuencias.
Miguel Pon, presidente ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café de Honduras (ADECAFEH), alertó que el impacto más inmediato se verá reflejado en los precios que deberán pagar los consumidores estadounidenses.
«Debido a que EEUU no es un país productor de café, su industria depende de las importaciones desde países como Honduras.
Los tostadores, que son los encargados de importar el grano, tendrán que asumir una tarifa del 10%, y este costo adicional terminará siendo trasladado al consumidor final», explicó Pon.
Honduras exportó durante la cosecha 2023/2024 un total de 1,76 millones de sacos de 46 kilogramos de café a Estados Unidos, generando más de 364 millones de dólares en ingresos. Este país representa el 29% del total de las exportaciones hondureñas del grano, consolidándose como uno de los principales destinos del producto nacional.
Pero el impacto no se limita a los anaqueles. Pon indicó que el mercado global también está reaccionando con nerviosismo ante las nuevas medidas. Lo que ha sido visible en los últimos dias donde se ha sido testigos de una caída significativa en los precios del café en la Bolsa de Nueva York, con una reducción de 19.55 dólares, lo que representa una baja del 5.07% . El precio se situó en 365.70 dólares el pasado viernes. Esta caída refleja, entre otros factores, la incertidumbre generada por un posible cambio en los patrones de consumo debido al encarecimiento del producto en EE UU», agregó.
Aunque la tarifa arancelaria se aplica por igual a todos los países exportadores de café arábiga , Pon advirtió que el panorama podría cambiar pronto si algunas naciones logran negociar acuerdos bilaterales con Washington para reducir o eliminar estos aranceles. “Si Honduras no entra en esas conversaciones, corremos el riesgo de que nuestras exportaciones se vuelvan menos atractivas” frente a otros proveedores que sí logren ventajas arancelarias, concluyó.