Tegucigalpa – La organización Médicos sin Fronteras (MSF) presentó el informe “Sin Salida: La crisis humanitaria de la población migrante y solicitante de asilo atrapada entre Estados Unidos, México y el Triángulo Norte de Centroamérica”. En el mismo incluye una serie de testimonios de migrantes a su paso por México.

– El informe “Sin Salida”, se basa en 480 entrevistas y testimonios de migrantes y solicitantes de asilo centroamericanos.

– Los datos médicos evidencian los altos niveles de violencia, abuso y malos tratos sufridos por migrantes y refugiados en sus países de origen, es una de las conclusiones del informe.

En el caso de los migrantes hondureños la extorsión, el secuestro y las violaciones sexuales son los factores de común denominador, destaca el informe.

Los siguientes testimonios corresponden a inmigrantes que fueron atendidos por los médicos y especialistas de la agrupación.

Cabe señalar que para proteger la privacidad y derechos de los migrantes solo se utiliza un nombre de referencia.

Extorsión

En ese orden, Carlos, paciente hondureño atendido por MSF en Coatzacoalcos, Veracruz, México, narró que huyó de Tegucigalpa, capital de Honduras, a causa de las pandillas, quienes mataron a su papá y a varios familiares.

 “Estoy viajando para ayudar a mi abuela a vivir mejor. Yo soy de ‘Tegus’ (Tegucigalpa) y ahí hay pocas oportunidades si no es con las pandillas, y yo no quiero entrar a ese mundo. Yo quiero hacer las cosas bien, trabajar bien para ayudar a mi abuela y a mi hermano, que tiene un hijo», expresó.

Contó que una vez que se entra a las pandillas ya nunca más se puede salir, razón por la que también huyó para evitar caer en ese mundo

«Una vez que entras a las pandillas, ya no puedes salir. Las pandillas mataron a mi papá cuando tenía siete años, a un tío cuando tenía seis y a un primo cuando yo tenía cinco. Casi no conoce uno a su familia por lo mismo”, apostilló.

Secuestro

De su parte, Juan Antonio, paciente hondureño atendido por MSF en Nuevo Laredo, Tamaulipas, México, indicó que sufrió un secuestro en su paso por México, él pudo escapar pero su hijo no.

“Salí de mi país, logré cruzar México, pero cuando llegué a Nuevo Laredo, unos sujetos me agarraron a mí y a mi hijo. Nos querían secuestrar. Nos hicieron subir a una camioneta. Golpeado y herido, le pedí a Dios que me ayudara. Quise escapar y me tiré sobre ellos cuando abrieron la puerta de la camioneta. Corrí, pero me alcanzaron y me golpearon. Afortunadamente, el Ejército mexicano me rescató, pero mi hijo seguía secuestrado», externó.

Este hondureño requirió de ayuda psicológica para poder superar el trauma del secuestro y afortunadamente un día su hijo fue liberado.

«Me trajeron a la Casa del Migrante, donde Médicos Sin Fronteras me brindó atención médica y psicológica. Dos psicólogos me ayudaron mucho, porque mi hijo seguía en peligro. Me llevaron al área de trabajo social, donde me orientaron. Un día mi hijo apareció en la puerta del albergue. Dios me lo había devuelto”, compartió.

Violaciones

De su lado, Ana Paula, paciente hondureña atendida por MSF en Tenosique, Tabasco, contó que fue abusada sexualmente por tres sujetos y lo peor es que todo paso frente a su esposo y su hijo.

“En la entrada de El Ceibo nos asaltaron. Tres hombres nos abordaron, nos robaron todo. Sometieron a todos los que veníamos. Luego me separaron del grupo y me desnudaron frente a mi esposo y mi hijo. Los tres abusaron de mí. No les importó que estuviera mi hijo», confesó.

Además de atención psicológica requirió de ayuda médica para prevenir enfermedades de transmisión sexual.

«Cuando llegamos al albergue y escuché la plática que dieron los Médicos Sin Fronteras sobre los abusos sexuales en la ruta, me acerqué a la doctora. Me dieron atención psicológica y médica para prevenir enfermedades. No me esperaba que fuera a pasar esto. Si lo hubiera sabido, nunca hubiera venido. Allá no teníamos para comer. No puedo dormir, ya no quiero estar en México, tengo miedo de que me vuelva a pasar lo mismo más adelante. Este camino no es fácil. Muchas cosas pasan por aquí. Hombres y mujeres peligran, muchos han muerto. Aún no tengo el valor para subirme al tren con mi hijo”, reveló.

Sin salida

La población solicitante de asilo y migrante centroamericana se encuentra sin salida, atrapada por una combinación de barreras que suponen un riesgo para su salud física y mental, es una de las principales conclusiones del informe que recoge el testimonio de 480 migrantes, la mayoría centroamericanos.

Los niveles de violencia del Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA, que comprende a Honduras, Guatemala y El Salvador) son comparables a los de las zonas de guerra donde MSF ha estado trabajando durante décadas y son un factor determinante del fenómeno migratorio, es otra de las conclusiones del informe.

Las políticas migratorias basadas en la criminalización, contención y disuasión aplicadas por los Estados Unidos (EEUU) y México incrementan los riesgos a los que se enfrentan migrantes y solicitantes de asilo. Así, el denominado Protocolo de Protección de los Migrantes (conocido como ‘Quédate en México’) fuerza a aquellos que solicitan asilo en EEUU a permanecer en México, expuestos de forma recurrente a intentos de secuestro y otras situaciones violentas que ponen en riesgo su vida.

Las recientes medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos y los acuerdos bilaterales entre los diferentes Gobiernos de la región suponen el desmantelamiento de facto de las políticas de protección. Dejan a los refugiados y solicitantes de asilo sin países a los que acudir en busca de protección y sin opciones para escapar de la violencia.