Tucson (AZ) – Voluntarios de la organización Derechos Humanos en Tucson (Arizona) se reunieron este sábado para cortar, tallar y pintar 137 cruces de madera, una por cada inmigrante fallecido en la frontera de Arizona con México durante el año fiscal 2019, que terminó el pasado septiembre.
«Cada cruz simboliza un ser humano, una familia que está llorando y sufriendo por un ser querido que quizás ni siquiera saben que murió tratando de cruzar el desierto», dijo a Efe Isabel García, directora de la organización.
Como es una costumbre desde hace 19 años, los voluntarios construyen cruces de madera de unos 51 centímetros de alto para después hacer una caminata en honor a los muertos.
En los últimos 19 años, Derechos Humanos ha elaborado más de 3.500 cruces.
Este año serán 14 más que el periodo fiscal anterior, que muestran el incremento de las fatalidades.
De acuerdo con cifras de la Oficina del Médico Forense del condado Pima, en la frontera de Arizona se recuperaron 137 restos humanos desde el 1 de octubre de 2018 hasta el 30 de septiembre pasado.
La Patrulla Fronteriza aún no ha dado a conocer las cifras oficiales de este mismo periodo.
Mas del 60 % de los restos encontrados no ha sido identificado.
Cada una es pintada de color blanco, se decora con flores de colores de papel y se escribe con letras negras el nombre de los migrantes que han logrado ser identificados.
En los casos donde no fueron identificados los restos se escribe solamente «desconocido» o «desconocida».
«Todas estas cruces representan el sistema fallido migratorio de los Estados Unidos. Estos son los únicos que han sido encontrados, realmente no sabemos cuántos han fallecido», lamentó García.
Las cruces elaboradas hoy serán utilizadas durante la caminata del Día de los Muertos organizada por Derechos Humanos el próximo 2 de noviembre en Tucson.
La defensora de los derechos humanos teme que las muertes en la frontera aumenten en los próximos meses como consecuencia de las duras políticas migratorias de la Administración del presidente Donald Trump.
Particularmente las medidas que obligan a familias centroamericanas a solicitar asilo en México antes de hacerlo en Estados Unidos.
«Estamos viendo imágenes de campamentos del lado mexicano a lo largo de la frontera, familias durmiendo en el piso con sus hijos, estamos a punto de comenzar el invierno, estas familias no soportarán y creo que muchos de ellos tratarán de cruzar la frontera de manera ilegal, arriesgando sus vidas», dijo García.