El hispano Ramón Gonzales organiza regalos de Navidad el 19 de diciembre de 2017, que serán entregados durante el acontecimiento "Milagro en la Calle 31", en Tucson, Arizona (Estados Unidos). EFE/Gary Williams/Archivo

Tucson (Arizona) – Ramón Gonzáles, el «Santa Claus» hispano de Tucson, fundador del evento «Milagro en la Calle 31» y quien por casi medio siglo llevó sonrisas regalando juguetes a niños, principalmente latinos, falleció víctima de complicaciones relacionadas con la covid-19.

Gonzáles, que nació en Tucson, de raíces mexicanas, comenzó esta tradición en 1970 frente a su hogar regalando juguetes que compró para aproximadamente 15 de sus sobrinos, amiguitos y niños del vecindario.

Esta fiesta navideña infantil, que por décadas se ha conocido como el «Milagro en la Calle 31», que era el número de la calle donde este «Papá Noel» latino vivía, se repitió al año siguiente y al siguiente y al siguiente.

Muy pronto se corrió la voz del «Santa» que regalaba juguetes y cada vez eran más las familias que llegaban hasta la casa de Gonzáles, por lo que comenzó a buscar donaciones y un mejor lugar para realizar el evento, que hizo durante 49 años y que también llamó la atención de los no tan chicos.

Lo primero que hizo fue trasladar la repartición de juguetes a los terrenos del Rodeo de Tucson, donde Santa Claus hacia su «entrada triunfal» bajando desde un helicóptero, captando la atención de todos.

Por los últimos años el evento infantil se llevó a cabo en un anfiteatro del casino del sol en Tucson, donde en 2019 entre 10.000 a 15.000 niños recibieron juguetes, comida y la esperada visita de Santa, quien llegó en una caravana de coches «Lowriders».

«Lo más satisfactorio es ver la sonrisa de los niños, ver como su cara se ilumina en ese momento que ven su regalo», dijo Gonzáles a Efe durante una entrevista en 2017.

Recordó entonces que cuando era niño su familia no tenía muchos recursos, por lo que jugaba con juguetes de madera o «lo que pudiera encontrar» y pretendía que eran «carritos» o «avioncitos».

Su humilde casa, ubicada al oeste de la ciudad de Tucson, siempre estuvo abierta para aquellos que quisieran hacer una donación.

Para Gonzáles siempre fue una prioridad que ningún niño se quedara sin un juguete por lo que desde noviembre comenzaba a contactar a todas las organizaciones posibles para tener más y más donaciones que dibujaran una sonrisa en sus rostros.

En diciembre su casa parecía prácticamente el mismo taller de Santa Claus en el Polo Norte, llena de muñecas, carritos, bicicletas, muñecos de peluche, pero, en ocasiones en que las donaciones no eran muchas, Gonzáles trabajaba más duro para conseguir los regalos y al final el «milagro» siempre llegaba.

Gonzáles dijo a Efe que era «muy emocionante» escuchar a hombres decirle que ellos habían recibido juguetes en uno de sus eventos y que ahora traían a sus hijos por su regalo de Navidad.

Otros regresaban para ser voluntarios y ayudar en los preparativos, otros más donaban juguetes o dinero para comprarlos.

Un día antes del evento, llevaba gran parte de los juguetes al lugar y junto con voluntarios pasaba horas llenando bolsitas de dulces y frutas para regalar.

Su dedicación y amor para organizar esta fiesta fue una inspiración para que otras organizaciones en Tucson comenzaran a organizar eventos similares.

Este año su fiesta navideña hubiera celebrado su 50 aniversario, pero, debido a la pandemia, habían decidido posponer la celebración y llevar a cabo sólo un desfile de coches con la presencia de Santa y otros personajes.

Sin embargo, el evento se llevará a cabo hoy para honrar a Gonzáles, y por primera vez este Santa latino que llevó tanta alegría a miles de niños ya no estará con ellos tras sucumbir el pasado 17 de diciembre debido a complicaciones de la covid-19.

«Estábamos preparando una gran celebración, tenía mucha ilusión por celebrar el 50 aniversario del evento», dijo la familia en un comunicado.

Recordaron que Gonzáles dedicó «toda su vida» y esfuerzos a la preparación de esta fiesta de Navidad a pesar de que su salud se había deteriorado en los últimos años, inclusive sobrevivió a un paro cardiaco.