San Pedro Sula (Honduras) – La maestra y coreógrafa salvadoreña Flor Alvergue, nacionalizada hondureña, está por cumplir tres décadas dedicadas a la cultura a través del ballet, de lo que dice estar «feliz» por el aporte que ha venido haciendo en Honduras.
«Yo feliz de poder hablar un poco de mi Centro Contemporáneo de Danza (CC Danza) que fundé hace 26 o 27 años, en San Pedro Sula, con la idea originalmente de llevar la danza a su máxima expresión y poder en un futuro mediano contar con una compañía de ballet», dijo Flor a Efe en San Pedro Sula, al repasar su actividad cultural.
Agregó que al año hacen dos presentaciones, una en junio y otra hacia diciembre, algunas veces tomando temas de ballet clásico.
«En la mayoría de los casos nos encanta poder crear, poder innovar», subraya la profesional, también bailarina, desde el interior del CC Danza, en San Pedro Sula, en el norte de Honduras, adonde llegó en 1989 para trabajar en una escuela privada como maestra y coreógrafa, en la que estuvo durante siete años.
Son muchas las generaciones que se han formado en la danza y el teatro en las instalaciones del CC Danza, que Flor Alvergue montó con su hija Andrea en la segunda ciudad más importante de Honduras.
El CC Danza avalado por la Royal Academy of Dance
La maestra resume que con su trabajo se busca que las alumnas y alumnos sean «más sensibles ante el mundo» a través de las disciplinas del ballet clásico, tap, danza contemporánea y ritmos africanos, a las que más recientemente han incorporado el yoga, el teatro y el ballet para adultos.
La formación de los cuadros que pasan por el CC Danza es rigurosa, ya que tiene el aval de la Royal Academy of Dance, de Londres, que anualmente envía, este año en septiembre, a una maestra o un maestro internacional para evaluar a los alumnos, solamente en ballet clásico.
Las evaluaciones de la Royal Academy of Dance, de la que Flor es su representante en Honduras desde 1992, le han abierto escenarios y aulas a varias jóvenes hondureñas en el exterior.
La Royal Academy of Dance «es la única escuela a nivel mundial del sistema inglés que tiene programas para que eventualmente sus alumnos o bailarines profesionales puedan incursionar en la educación. Tienen unos programas para mí maravillosos en todo sentido, que van desde las chiquititas de tres años hasta los bailarines profesionales», recalcó Flor.
El CC Danza también orienta a su alumnado a la pintura, la escultura y la música.
Entre las obras montadas por el CC Danza Flor recordó la de «Cipotas», la historia de una niña que viene de un orfanato cerca del barrio Guamilito, de San Pedro Sula, resaltando cómo el ballet le permite a las niñas jugar y tener la libertad, lo que ayuda mucho en «la creatividad, que es lo más importante en la danza».
El CC Danza también ha montado obras como Cascanueces, con músicos nacionales, además de temas basados en la historia de The Beatles y un parangón entre la vida de Mozar y Freddie Mercury, que resultó «maravilloso» porque las alumnas «desconocían totalmente la música de Queen», además de emocionar a sus padres.
De las obras más recientes, Flor también destacó una pequeña coreografía sobre la ambientalista hondureña Berta Cáceres, asesinada en su casa, en la ciudad de La Esperanza, en el occidente del país, el 2 de marzo de 2016, cuando se oponía a un proyecto hidroeléctrico perjudicial para varias comunidades indígenas.
El CC Danza también ha contribuido desde su creación a cambiar el pensamiento del hondureño en todo sentido.
La pandemia de la COVID-19, que desde marzo de 2020 se comenzó a expandir en Honduras, ha afectado en algún grado la actividad del CC Danza para mostrar sus obras en las tablas.
Sin embargo, según indicó Flor, durante la pandemia, a pesar de que la escuela tuvo que cerrar durante unos 20 días, no dejó de trabajar, con clases presenciales, de dos a tres días por semana, o de manera virtual para que los padres se dieran cuenta cómo ha venido siendo el día a día de las niñas.
Flor resaltó la importancia de que el CC Danza disponga de «un buen grupo de maestros», cinco para el ballet clásico, dos para tap y una para el trabajo del ballet de adultos y danza contemporánea.
«Un mortal llamado Morazán»
Otra de las obras del CC Danza está basada en el libro «El general Morazán llama a batallar desde la muerte», del reconocido escritor hondureño Julio Escoto, esposo de Flor, como parte de un proyecto que nació en 1989 y en el que se involucró, en lo musical, el cantautor Guillermo Anderson, fallecido el 6 de agosto de 2016.
La obra, bajo el título «Ese mortal llamado Morazán», fue presentada en Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes de Honduras.
Para la obra, Flor reunió a cinco bailarines hondureños, cinco salvadoreños, y un nicaragüense, que hizo el papel del general Francisco Morazán, prócer de Honduras que murió fusilado en Costa Rica el 15 de septiembre de 1842, cuando luchaba por la unión de Centroamérica.