Tegucigalpa – La afluencia masiva de inmigrantes en Honduras es reflejo de las necesidades existentes en sus países, por lo que es necesario trabajar para mejorar sus condiciones de vida e impulsar respuestas coordinadas y solidarias, alertó este miércoles la agencia de la ONU para los Refugiados.

«Se requiere trabajo en los lugares de origen, mejor trabajo en aquellos países, incluido Honduras» para mejorar las condiciones de vida de los inmigrantes, dijo el representante de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en el país centroamericano, Andrés Celis, en una entrevista con Efe.

Las autoridades de Honduras han detenido este año a más de 16.000 inmigrantes, la mayoría cubanos, por ingresar de manera ilegal al país con la idea de llegar a Estados Unidos, según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM).

Celis destacó la necesidad de garantizar «una respuesta coherente» para proteger y asegurar las «condiciones humanitarias de dignidad» a los inmigrantes frente a las vulnerabilidades que enfrentan en su travesía.

Agregó que el Gobierno de Honduras tiene «voluntad» de garantizar las mejores condiciones a los inmigrantes, aunque indicó que «no es fácil para nadie, ni para las autoridades, las comunidades de acogida ni para la comunidad internacional, pero sobre todo no es fácil para quienes están en tránsito».

Dijo, además, que le preocupa que siga aumentando el número de inmigrantes en «puntos con alta fragilidad para la asistencia» como en el municipio de Trojes, departamento de El Paraíso, donde una alta concentración de personas generará «un impacto humanitario».

Centenares de inmigrantes permanecen en territorio hondureño debido a que, hasta ahora, no habían podido pagar una multa equivalente a 220 dólares por haber ingresado de manera irregular, pero se espera que en las próximas horas comiencen a transitar por el país luego de que el Gobierno aprobara en la víspera una amnistía temporal de la sanción.

MEJORAR CAPACIDAD Y PRESENCIA INSTITUCIONAL

El representante de Acnur expresó la importancia de «mejorar la capacidad y la presencia institucional, así como la capacidad de oferta de ciertos bienes de asistencia y la posibilidad de identificar personas en alto riesgo para poder canalizarlas hacia una respuesta institucional adecuada y así disminuir la vulnerabilidad».

La respuesta del Estado debe permitir «acceso al territorio» debido a que en esos movimientos hay personas que tienen «necesidad de protección, personas que potencialmente podrían pedirles a las autoridades hondureñas una protección como refugiados», enfatizó.

También es necesario fortalecer el sistema de asilo y aumentar la capacidad en términos humanitarios de dar una respuesta, así como una «transparente y adecuada cooperación entre los Estados», añadió.

«Es un riesgo que se queden atrapadas o detenidas en el lugar cientos de personas con las capacidades locales que existen», subrayó Celis, quien afirmó que la «solidaridad global es esencial».

Señaló que el fortalecimiento de las capacidades de respuesta «es lento, los flujos son rápidos», y que espera que el nivel de concentración de personas «no sea tan alto que lleve a generar una crisis humanitaria de grandes magnitudes».

VULNERABILIDADES Y RIESGOS

Celis expresó su «preocupación» por el desplazamiento forzado, un fenómeno que llevó a 85 millones de personas a movilizarse en el mundo en 2021 y, según Ancur, esa cifra podría superar los 100 millones al cierre de 2022.

«Nos preocupa cada una de esas personas, cuando están llegando a la frontera Sur se nos combinan problemas que denominamos mixtos: movimientos masivos de personas que buscan un mejor estar —migrantes—, con personas que no han podido quedarse en su lugar de origen —refugiados—», explicó.

También le inquieta «la capacidad de absorción y de respuesta de las autoridades y la sociedad civil» frente a la movilización masiva de personas.

«Nos preocupa que, teniendo en cuenta la aspiración de las autoridades de lograr una mayor regulación del problema, las personas terminen siendo llevadas por terceros o por voluntad propia hacia zonas con menor presencia institucional, como está ocurriendo en Trojes», precisó.

En esas regiones, añadió el representante de Acnur, los inmigrantes están en «riesgo de caer o continuar bajo el control de mecanismos de coyotaje (traficantes de personas), vulnerabilidades (…) y los riesgos en materia de libertades y derechos sexuales».