París/Calais – La última tragedia migratoria registrada en el Canal de la Mancha, donde este miércoles murieron 27 personas en el naufragio de la embarcación en la que querían llegar al Reino Unido, ha llevado a Francia a acelerar la lucha contra esos flujos irregulares con otros países directamente implicados.
Este domingo en Calais, punto destacado de las travesías marítimas con destino al Reino Unido, el Ejecutivo galo ha invitado a los titulares de Interior de Bélgica, Alemania y Holanda, además del británico y de la Comisión Europea, para abordar ese combate.
El objetivo buscado, según dijo tras una reunión gubernamental francesa el primer ministro, Jean Castex, es «definir las vías para reforzar la cooperación policial, judicial y humanitaria para luchar mejor contra las redes de traficantes implicados en los flujos migratorios».
Porque aunque el naufragio del miércoles tuvo lugar en aguas territoriales francesas, desde donde la travesía es más corta, París destaca que la mayoría de migrantes que se aventuran hacia las costas británicas cruzan la frontera terrestre gala «horas antes» de ese intento, por lo que «se trata de un problema que necesita un enfoque intergubernamental y europeo».
La necesidad de hacer frente de forma conjunta a las redes de traficantes de inmigrantes fue subrayada desde el mismo momento en que se conoció el balance de ese accidente, el peor de ese tipo desde la desaparición de siete personas en el mar en octubre de 2020.
PETICIÓN DE ACTUACIÓN EUROPEA
«Pido a mis homólogos europeos el refuerzo inmediato de los medios de la agencia Frontex en las fronteras exteriores de la Unión y una reunión de urgencia de los ministros europeos implicados por el desafío migratorio», dijo este miércoles el jefe del Estado, Emmanuel Macron.
El presidente reiteró ese mensaje hoy tras haberse reunido en Zagreb con el primer ministro croata, Andrej Plenkovic, ante el que sostuvo que Francia «solo es un país de tránsito» y que cuando los inmigrantes llegan a las costas del Canal de la Mancha «ya es demasiado tarde».
«Tenemos que elevar la responsabilidad de nuestros socios y mejorar nuestra cooperación con Bélgica, Holanda, Alemania y el Reino Unido, pero también con la Comisión Europea», dijo en una conferencia de prensa.
Francia recuerda que sus policías y gendarmes actúan «día y noche» tanto para socorrer a quienes se lanzan al mar como para desmantelar las redes de traficantes.
Desde principios de año, 7.800 inmigrantes han sido rescatados y «más de 1.550 traficantes han sido detenidos», y esta pasada noche en la frontera belga fueron arrestados cinco que habían transportado a la costa material comprado en Alemania.
En una decisión que refleja la actual tensión migratoria, la cadena de establecimientos de equipos deportivos Decathlon retiró este mes en varias tiendas del norte de Francia la venta de embarcaciones recreativas para evitar que puedan ser utilizadas por migrantes en su intento de llegar al Reino Unido.
Francia aboga también, según afirmó Macron, por «una zona Schengen más fuerte, más concreta en la protección de las fronteras exteriores» y que sea «mucho más política en su gobernanza».
Y pidió al primer ministro británico, Boris Johnson, no instrumentalizar una situación dramática y actuar con dignidad, «desde el respeto y con un espíritu de cooperación eficaz al tratarse de vidas humanas».
Mientras, Calais, uno de los puntos más conflictivos en la emigración irregular en Europa, está conmocionado por esta última tragedia y su población, según pudo comprobar Efe, se siente abandonada por los políticos a pesar de las promesas efectuadas para poner fin a una situación que se remonta a décadas.
La indignación se reflejó este miércoles en una manifestación ciudadana en esa localidad, y este jueves la ONG Utopia 56 ha programado una nueva protesta, tanto ahí como en París, en memoria de las víctimas y en favor de una «acogida digna» de quienes llegan a la zona.