Ciudad del Vaticano – El papa Francisco participará este jueves en una reunión virtual con estudiantes de universidades católicas del continente americano en la que se abordarán temas como el medio ambiente y las migraciones.

La reunión a la que han titulado “Construyendo puentes Norte-Sur” será la primera de este tipo en la que participará el pontífice argentino y está organizada por la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL) y la Loyola University de Chicago (EEUU) junto a una red de universidades de la Compañía de Jesús.

En esta ocasión, Francisco conversará con estudiantes universitarios y «destacará a los migrantes e hijos de migrantes que están comprometidos en desarrollar procesos que transformen con justicia las realidades ambientales y económicas relacionadas con la migración y el desplazamiento humanos», explican los organizadores.

Los estudiantes y el papa debatirán «proyectos concretos que busquen reconocer y empoderar a las periferias existenciales para procurar y liderar el camino hacia la justicia social y el bien común», señalan .

Habrá siete grupos de trabajo que representarán a Estados Unidos/Canadá, México, el Caribe y Centroamérica, Brasil y América Latina y estarán compuestos por alrededor de 20 chicos y chicas que estudian en diversas especialidades en las áreas de Humanidades y Ciencias, y cada uno de ellos seleccionará un representante para el diálogo con Francisco.

El papa compartirá una reflexión, a la que seguirá el intercambio con los estudiantes.

En declaraciones a los medios vaticanos, la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, la teóloga argentina Emilce Cuda, manifestó que con este espacio pretenden enfrentar y encontrar soluciones “al problema que atraviesa nuestro continente, la tragedia de las Américas, el problema de la migración”.

“El papa quiere a los jóvenes, dice que son el presente de la sociedad y está entusiasmado de dialogar con ellos”, recordó Cuda.

Este encuentro inédito es una “prueba piloto” de un ciclo que quieren continuar durante los próximos tres años, involucrando universidades católicas y seculares.

Según Cuda, cuando presentó la iniciativa al papa, le pareció una propuesta “fantástica”.