El Gobierno anunció este viernes que Rodney Scott será el nuevo jefe de la Patrulla Fronteriza, en reemplazo de Carla Provost, quien asumió el cargo en agosto de 2018 y hace poco anunció su retiro al frente de esta agencia federal. EFE/ David Maung/Archivo

Miami – El Gobierno anunció este viernes que Rodney Scott será el nuevo jefe de la Patrulla Fronteriza, en reemplazo de Carla Provost, quien asumió el cargo en agosto de 2018 y hace poco anunció su retiro al frente de esta agencia federal.

Scott, un veterano de esta agencia federal con 27 años de servicio, ha estado al frente del Sector de San Diego, en el sur de California, hasta este nombramiento que lo coloca al frente de una agencia que cuenta con más de 19.000 oficiales.

«Scott aporta una profundidad excepcional y una amplitud de experiencia y conocimiento a la misión de seguridad fronteriza, y un compromiso de servicio a la nación y a la fuerza laboral de la Patrulla Fronteriza», manifestó Mark Morgan, director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en una nota de prensa.

La nota destaca que el pasado año fiscal, entre octubre de 2018 y septiembre de 2019, bajo la jefatura de Scott, el Sector de San Diego y sus 2.200 agentes realizaron 58.000 detenciones e interceptaron 9.000 libras de drogas.

En la Patrulla Fronteriza desde 1992, Scott ha ocupado varios cargos directivos tanto en San Diego como en Washington.

Este mes, un portavoz de la Patrulla Fronteriza confirmó que Provost, de 50 años y la primera mujer designada jefa de esta agencia federal, se retiraba y dejaba el cargo.

Con 25 años de experiencia dentro de esta agencia, Provost condenó el año pasado que miembros de la Patrulla Fronteriza supuestamente hicieron bromas racistas sobre migrantes y burlas de tono sexual sobre congresistas hispanas dentro de un grupo privado en Facebook, al que ella pertenecía.

En un comunicado, dijo que estas publicaciones en el grupo eran «completamente inapropiadas y contrarias al honor y la integridad» de los agentes de la agencia y que los empleados que hubieran violado sus «normas de conducta» serían «responsables» de lo sucedido.

En una posterior comparecencia en el Congreso, dijo que se unió a ese grupo de Facebook en 2017 como una más de sus miles de miembros y que no dijo nada porque rara vez usaba esa red social. Cuando supo de los comentarios racistas, comunicó a los responsables de una investigación interna su membresía y les entregó las claves de su cuenta.