Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez recordó en la homilía de este domingo el gran aporte de los migrantes a la economía hondureña y señaló que la misma se sostiene por las remesas que envía la diáspora.
“No nos olvidemos que gran parte de la economía hondureña se sostiene por las remesas de los migrantes que se fueron para buscar algo mejor y que están sosteniendo a la pobreza de nuestro país”, reflexionó.
“Los pobres sosteniendo a los pobres, que esto sirva como un altavonazo para todos los corruptos, aquellos que no tienen escrúpulos en robar lo que pertenece a la salud del pueblo”, agregó.
Resumió que todos deberán dar cuentas a Dios, por lo que pidió que todos los que quieran alcanzar el poder con buena intención sea para servir.
Lo anterior en referencia al inicio de la propaganda política este lunes 30 de agosto.
En ese sentido pidió hacer una campaña propositiva con planes concretos y no con gritos y frases sin sentido y con querer denigrar al prójimo.
“Eso no conduce a ninguna parte y Honduras no se va a superar con esas mismas costumbres ancestrales y farisaicas”, reprochó el arzobispo de Tegucigalpa en la homilía de este domingo.
De acuerdo al cronograma electoral aprobado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) este lunes 30 de agosto inicia la propaganda política, es decir los partidos políticos están autorizados a publicitar sus planes de gobiernos.
No obstante, este espacio suele ser utilizado por los políticos para atacar a sus contrincantes y lejos de mostrar sus planes de gobierno invierten tiempo y dinero en denigrar a rival más cercano.
En ese sentido, el cardenal hondureño exhortó a hacer una campaña positiva con planes concretos.
“Cómo hace falta una campaña positiva, con planes concretos y no con gritos”, exteriorizó el también coordinador del Consejo de Cardenales del Vaticano.
“Son caricaturas de cristianos, aquellos que pretenden convencer a la gente con mentiras, engaños, hipocresía y maldad”, señaló.
Consideró que en este proceso de campaña política no todo se vale y que la ética debe guiar la misma.
A continuación Departamento 19 reproduce la lectura del día tomada del santo evangelio según san Marcos (7,1-8.14-15.21-23):
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»
Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.» Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.»
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»