Boulder (EE.UU.).- Defensores de derechos humanos pidieron hoy al Gobierno de EE.UU. que les permita cruzar las 4.000 muestras forenses que han recolectado con los datos de la base de ADN gubernamental para identificar a los migrantes desaparecidos en la frontera con México.
Las organizaciones, entre las que figura el centro Colibrí, formularon su petición en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Boulder (Colorado, EE.UU:).
«Lo que pedimos al Gobierno federal es cooperación porque las organizaciones civiles, en colaboración con autoridades locales de EE.UU. y los Gobiernos de otros países, ya hemos reunido más de 4.000 muestras forenses de gente cuya familia había desaparecido mientras cruzaba», explicó a Efe Robin Reineke, del centro Colibrí.
Esas 4.000 muestras han sido recolectadas desde 2009 y son producto del trabajo de forenses de organizaciones humanitarias, en alianza con Gobiernos de los países de procedencia de los migrantes (El Salvador, Honduras y Guatemala) y con autoridades locales de EE.UU., como las del condado de Pima, en el estado de Arizona.
Frente a ello, funcionarios de EE.UU. argumentaron que solo pueden compartir datos si las muestras forenses han sido recolectadas en presencia de agentes federales y, como las organizaciones hicieron el proceso con autoridades locales y Gobierno extranjeros, no pueden aceptarlas.
Ante este impedimento burocrático, el comisionado de la CIDH Joel Hernández pidió al Ejecutivo estadounidense que le «eche una mano» a las organizaciones y haga todo lo necesario para evitar que su trabajo se vaya a la «basura».
En la audiencia, hubo decenas de personas que han perdido a sus familiares en el ruta a EE.UU. y que llevaban unos enormes carteles con la fotografía y el nombre de sus seres queridos.
La mexicana Irma Carrillo Nevares perdió a sus dos hijos, de 24 y 27 años, en la frontera hace casi 20 años y pidió a las autoridades de EE.UU que le ayuden a reunirse con ellos antes de morir.
«He hecho todo lo posible para encontrarlos, agoté todos los medios hasta que solo me quedó esperar, esperar a personas de la importancia de ustedes. Vengo a decir que ya he esperado mucho, cada hora, cada minuto que ustedes tarden en tomar una decisión eso está restando mi vida», expresó ante la CIDH.
Explicó que los forenses ya tomaron muestras de su ADN y que lo único que quiere es saber qué paso con sus hijos y poder explicar a su nieto, César, dónde está su madre.
A continuación, tomó un folio con un dibujo de un corazón y dijo: «No puedo mostrar mi dolor con palabras porque es muy grande, pero quiero enseñarles mi corazón, este es mi corazón que está sangrando desde hace 20 años y estoy muriendo lentamente de agonía, pido por favor que sientan en su corazón como padres, madres y abuelos».
Los testimonios de los familiares de los migrantes desaparecidos fueron tan duros que a la agente del FBI Paula Wulff se le quebró la voz al responder a las ONG.
«Tanto como madre, como representante del FBI no puedo estar más de acuerdo con ustedes, no creo que haya ningún desacuerdo en lo que debemos hacer, el único asunto sobre el que debemos trabajar es cómo conseguirlo», aseveró Wulff, que se comprometió a trabajar con los grupos humanitarios.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 400 inmigrantes murieron en su camino a EE.UU. solo en 2015.