Ciudad de Guatemala – El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró este martes que las remesas enviadas por migrantes a Guatemala contribuyeron a mantener niveles sólidos en su consumo privado.

Las remesas, los créditos al sector privado, junto a «prudentes políticas monetarias y fiscales» mantienen estable la macroeconomía de Guatemala, de acuerdo con un comunicado de conclusiones emitido por una delegación técnica del FMI que visitó el país centroamericano del 28 de febrero al 13 de marzo.

La delegación, encabezada por María Oliva, destacó que Guatemala logró «resiliencia y crecimiento en un marco de estabilidad macroeconómica y financiera a pesar de un contexto mundial desfavorable».

Durante su visita oficial, el FMI concluyó que durante 2023 la economía de Guatemala se desacelerará un 3,4 %, pero en los siguientes años hasta 2028 recuperará la tendencia positiva con aumentos anuales.

POSIBLES RIESGOS

El riesgo de desaceleración económica en Guatemala se vería influenciado por la ralentización de la economía estadounidense este año y posiblemente afectando el envío de remesas de migrantes, detalla el comunicado.

El FMI agrega que si existe una influencia negativa en el envío de remesas este año, el Estado de Guatemala debería aprobar una política económica «dirigida a proporcionar cobertura a los hogares con menos recursos».

En Estados Unidos viven más de 3 millones de guatemaltecos, la mayoría de ellos de manera irregular, y cada año unos 300.000 intentan llegar al país norteamericano, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Cifras oficiales indican que el 59 % de la población en Guatemala vive bajo el umbral de la pobreza y entre un 15 % y 20 % intenta sobrevivir en condiciones de pobreza extrema.

De acuerdo con la misión del FMI, Guatemala para seguir con una «trayectoria de crecimiento potencial» necesita ampliar el mercado laboral formal e invertir en fortalecimiento tecnológico.

Por último, la delegación recomendó al país centroamericano «aumentar los esfuerzos» para garantizar instituciones anticorrupción independientes y así «mejorar el clima empresarial y atraer más inversiones».