El secretario general de la ONU, Antonio Guterres. EFE/Archivo

Trípoli – El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró este viernes que Libia no es un puerto seguro para el desembarco de inmigrantes e insistió en que su destino y el de los solicitantes de asilo es responsabilidad de la comunidad internacional.

En un comunicado tras visitar uno de los centros de detención en Trípoli, el político portugués se mostró consternado por las condiciones de los migrantes allí encerrados, sin esperanza y por tiempo ilimitado.

«En este momento, nadie puede argumentar que Libia es un puerto seguro para el desembarque. Estos migrantes y refugiados no son responsabilidad de Libia, sino de toda la comunidad internacional», afirmó Guterres a través de la red social Twitter.

«Estoy profundamente impactado y conmovido por el sufrimiento y la desesperación que he visto en el centro de detención de Trípoli, donde los migrantes y refugiados están detenidos por tiempo ilimitado y sin esperanza de recuperar sus vidas», agregó.

Las palabras de Guterres contradicen las políticas de Europa, y en particular de países como Italia y España, que impiden con el argumento contrario que los barcos humanitarios puedan rescatar migrantes en aguas del Mediterráneo.

Desde que el gobierno español decidiera retener en puerto al barco de la ONG español «Open Arms», ninguna embarcación humanitaria trabaja ya en el Mediterráneo.

Hace una semana, la UE amplió la «Operación Sofia», una ofensiva militar oficialmente diseñada para evitar el tráfico de migrantes en el Mediterráneo pero que en los cinco años que lleva en vigor no ha logrado su objetivo.

Las playas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido los últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.

Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), organismo vinculado a la ONU, más de 139.00 inmigrantes irregulares lograron cruzar a Europa en 2018, mientras que 2.275 desaparecieron en el mar.

La mayor parte de los que mueren lo hacen en la llamada ruta central del Mediterráneo, que une el Sahel y el cuerno de África con Italia a través de Libia, y está considerada una de la más mortífera del mundo. EFE