Puerto Príncipe.– Miles de migrantes están dejando Haití por la crisis que enfrenta el país y como consecuencia directa del terremoto del pasado 14 de agosto, afirmó el jefe de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Haití, Giuseppe Loprete, en una entrevista con Efe.

No obstante, la OIM no espera una salida «masiva» de emigrantes, a pesar de las duras condiciones del país, que todavía sigue recibiendo deportados desde Estados Unidos y otros países de la región, en una crisis migratoria que afecta a todo el continente.

P: ¿Cuántas personas han sido deportadas desde septiembre?

R: Más de 10.000 personas regresaron a Haití desde septiembre. De ellos, más de 8.000 de Estados Unidos, además de otros países como Bahamas, Turcas y Caicos o Cuba. Quiero subrayar que todos están en situación diferente, no se puede generalizar. Hay muchos hombres solteros, familias con niños nacidos en otros países, donde vivían los padres, como Chile y Brasil.

Todos tienen problemas, los tratamos como casos individuales. Se están repartiendo por los diez departamentos (del país), aunque la mayoría se queda en Puerto Príncipe. La mayoría se fueron después del terremoto del 2010. Les damos seguimiento cuando llegan, asistencia en dinero, les atendemos por teléfono. Les damos asistencia en varias semanas después de su llegada.

P: ¿La emergencia ha concluido?

R: Ahora estamos en una fase distinta. En la primera fase, llegaban siete u ocho vuelos diarios de EE.UU. Ahora EE.UU. decidió enviar un vuelo diario, y no todos los días. México envía uno o dos por semana. Estamos a un ritmo más lento, pero continuará en las próximas semanas. Todavía hay caravanas, no consideramos que esta emergencia haya concluido. Estamos en una fase en la que nos estamos ajustando a las decisiones de los gobiernos de EE.UU., México y Haití.

P: ¿Las familias con hijos chilenos o brasileños quieren regresar?

R: Estamos en contacto con ellos y con las embajadas. Esperaremos las decisiones de las embajadas. Muchos cuando salieron de Brasil y de Chile perdieron las visas, el derecho de volver. Y no pueden hacerlo si estos gobiernos no hacen una excepción para facilitar el regreso de estas familias. Les estamos llamando para ver los documentos, si tienen pasaportes. Pero en algunos casos no es suficiente para volver a Chile. Necesitan obtener su documento de identidad nacional, o el certificado de nacimiento.

Hay un trabajo por hacer, si Brasil y Chile deciden ayudarles. Por la información que tenemos, muchos van directamente a las embajadas a pedir volver a esos países.

P: ¿Qué situación se encuentran los deportados en Haití?

R: La situación humanitaria es muy difícil, es el punto más bajo en Haití en los últimos tres años, diría que incluso más tiempo. Hay varias crisis: todavía hay covid, que no se nos olvide. Los hospitales enfrentan desabastecimiento de combustible, las escuelas están cerradas, hay huelgas generales, el terremoto de agosto, la inestabilidad política general, por no mencionar la inseguridad alimentaria.

Estos migrantes enfrentan la misma situación que toda la población, que es muy difícil. Todas las capacidades de las autoridades en términos de servicios básicos están sobrepasadas. Mucha gente está tratando de salir del país, por la frontera con la República Dominicana, por el aeropuerto y por barco.

P: ¿Hay una nueva oleada de migración causada por el terremoto?

R: Hay gente que sale en barco cada día, especialmente desde el área afectada por el terremoto. Tratan de ir a Florida, las Bahamas, pero a veces llegan a Cuba, o al norte de Haití, porque el barco está mal hecho, o el capitán no conoce la ruta. Salen de 30 a 100 personas en barcos de pesca, o botes construidos para el viaje. Hay viajes diarios, han salido miles desde el 14 de agosto. Hubo una dinámica inmediata, la gente de zonas rurales se fue a las zonas urbanas, no vieron oportunidades e inmediatamente se organizaron en viajes. Salen durante el día, es realmente visible.

Se van por desesperación, pero un día o dos días después acaban volviendo y tienen que encarar la realidad. Es interesante, porque al volver, en sus comunidades ven que no tuvieron éxito, que se gastaron mucho dinero, arriesgaron la vida y vuelven a casa.

P: ¿Se puede esperar una oleada masiva de emigrantes?

R: Masiva lo dudo. Es recurrente. Siempre que hay desastres naturales, se espera que salgan, pero no es todo el mundo a la vez. Hay flujos que aumentan. Detrás hay negocios, redes que organizan los viajes, actividades criminales.

Hemos visto más movimiento hacia República Dominicana, es normal, hay un movimiento pendular. Diría que lo que podría ocurrir es que la República Dominicana se convierta en un país de paso, que lo usen para ir a Puerto Rico, lo que ya está ocurriendo, o a otros países de América Latina, porque Haití no está tan bien conectado. Habrá adaptaciones en los flujos migratorios. Si cierras una frontera, se mudan a otra, lo vemos en otras zonas del mundo. Hay una adaptación.

P: La embajada de Haití en República Dominicana se ha quejado del modo en que ese país hace las deportaciones. ¿La OIM tiene información de malas prácticas?

R: Lo que vemos en la frontera es que las deportaciones continúan como antes. No diría que las condiciones eran ideales antes, las deportaciones se hacen en coordinación entre los gobiernos, cuando son hechas con el debido proceso.

Los migrantes se quejan de las condiciones, de que no reciben comida o agua suficientes, del periodo de días que pasan en esos centros de detención. Es muy duro, y cuando llegan a Haití es más duro.

Quizá la embajada quería recordar que las condiciones son peores ahora en Haití. Las autoridades haitianas tienen dificultad para estar en la frontera cada día y no pueden recibir a los migrantes. Cuando los migrantes llegan a Haití, es más duro. Si nos ponemos en su lugar, es una situación muy difícil. No los reciben en la frontera, no pueden tomar un transporte a sus pueblos. Lo más fácil para ellos, puede ser darse la vuelta y volver a la República Dominicana.

Si se mejora el debido proceso, se facilitará el regreso al lugar de origen, si no el riesgo de que vuelvan a la República Dominicana será mayor.