Un hombre hispano camina junto a su madre a depositar sus votos en las urnas en una elección de EEUU. EFE/Gary Williams/Archivo

Chicago (IL) – Los votantes hispanos aspiran a ser decisivos en las elecciones de Estados Unidos y se preparan para la primera prueba: El inicio de las primarias en Iowa el 3 de febrero, donde esperan duplicar su participación en los caucus o asambleas ciudadanas.

Aunque solo son el 6% de la población de un estado mayoritariamente blanco, pero crecen de manera acelerada, los hispanos quieren tener una participación influyente en una votación que suele marcar la tendencia de las elecciones.

«Por lo menos uno de cada cuatro participantes en las asambleas será latino», declaró a Efe Joe Henry, representante en el Medio Oeste de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC).

En su opinión, los caucus de Iowa siempre han sido reservados a los votantes blancos, con altos ingresos y con la experiencia de haber participado antes en el proceso.

Pero esta vez, gracias al paciente trabajo realizado durante varios años por su organización, y otros grupos dedicados a la movilización de votantes, los hispanos tendrían una mayor participación en Iowa.

«Nos invitamos nosotros mismos a la mesa», dijo Henry, que calcula que entre los 200.000 votantes demócratas previstos en los caucus, habrá una gran representación de los 57.000 latinos registrados para sufragar en ese estado.

«Hace cuatro años, en la elección de 2016, fuimos uno de cada ocho participantes, pero esta vez confiamos en tener gente en por lo menos una tercera parte de las 1.600 asambleas programadas», pronosticó.

Las asambleas o caucus duran dos horas, se realizan en juntas vecinales, gimnasios escolares o sótanos de iglesias, y los participantes pueden ser unos pocos o llegar a grupos de 300 o 400 votantes.

Este tipo de participación es algo nuevo para los hispanos, acostumbrados a votar e irse a sus casas.

Esta vez tendrán que discutir y hacer escuchar sus voces en salones abarrotados, y sobre otros temas que van más allá de los problemas migratorios habituales.

Según las encuestadoras, no hay favoritos claros entre los precandidatos demócratas que buscan la nominación presidencial de su partido para enfrentar a Donald Trump en noviembre.

Desde 1996, todos los postulantes demócratas que se impusieron en las asambleas de Iowa consiguieron la nominación presidencial del partido: Bill Clinton, Al Gore, John Kerry, Barack Obama y Hillary Clinton.

También se dio el caso contrario de Donald Trump, que en 2016 terminó segundo en el caucus de Iowa y luego ganó la nominación republicana y a la larga la Presidencia.

La página especializada Real Clear Politics, que recoge la media de las encuestas, muestra que Pete Buttigieg está al frente de las preferencias, seguido por Bernie Sanders, Joe Biden y Elizabeth Warren.

Con ese panorama, algunos precandidatos han abierto oficinas en ciudades de Iowa con gran porcentaje de votantes latinos, como Des Moines, Davenport, Storm Lake y Muscatine, donde actúan organizadores de campo bilingües.

Uno de ellos es Camilo Heller, nacido en Colombia y traído a los 7 años a Estados Unidos por sus padres adoptivos.

Heller, que trabaja en Storm Lake, al noroeste del estado, es un «millennial» contratado por la campaña del exvicepresidente Joe Biden para movilizar a la comunidad hispana de esa ciudad compuesta por inmigrantes centroamericanos y mexicanos que trabajan en plantas procesadoras de carne.

«Mi trabajo es puerta a puerta, busco conectarme hablando español y tratando de convencerlos con mi propia historia, porque yo también soy un inmigrante», dijo a Efe el joven criado en Oklahoma.

De todas maneras, según Henry, los precandidatos no están aprovechando al máximo la información que les ha proporcionado LULAC para llegar a los votantes hispanos, y recogida desde 2007 para identificar a cada latino elegible para sufragar en el estado.

Recordó que detrás de la histórica victoria de Obama en 2008, cuando logró el 38% de los votos en Iowa y no se detuvo hasta llegar a la Casa Blanca, hubo una «excelente campaña» de visitas puerta a puerta, llamadas y reparto de folletos.