Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – La economía hondureña se encarrila al último trimestre del 2023 presentando dos caras: Por un lado con logros que fortalecen la estabilidad macroeconómica con la aprobación de sendos acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una mejor perspectiva de su riesgo por parte de la calificadora Standard & Poor’s (S&P) y en el otro lado, la incesante hemorragia de la pérdida de empleos en el sector formal, lo que hace que se enciendan las alertas sobre cuándo se parará este mal que golpea directamente a las familias trabajadoras.

-Los logros en la parte fiscal se ven atenuados por la hemorragia en la pérdida de empleos.

-Desde sector productivo, empresarios y trabajadores, llaman al gobierno a crear una mesa anticrisis.

Desde el lado gubernamental celebran los logros alcanzados con el FMI, que permitirá la liberación de más de 800 millones de dólares si se cumplen con las revisiones que realiza el organismo a los dos acuerdos alcanzados.

Aunque la aprobación de parte del directorio del FMI le permitirá al gobierno recibir un desembolso inmediato de 117 millones de dólares.

Por el Servicio Ampliado del FMI (SAF, por sus siglas en inglés), el monto a recibir de 548 millones de dólares y por el servicio de Crédito Ampliado (SCA) a favor de Honduras recibirá 274 millones de dólares para un global de 822 millones de dólares, que equivalen al 250 % de la cuota que tiene el país con el Fondo.

La resolución del directorio del FMI permitirá que Honduras reciba un desembolso inmediato de 117 millones de dólares.

Pero Honduras deberá cumplir con variables fiscales, monetarias, cambiarias y otros que se encuentran en el documento negociado.

La agencia S&P divulgó el fin de semana sus calificaciones semestrales para Honduras donde mantuvo la calificación de riesgo de la deuda en “BB-“ y “B”, pero mejoró la perspectiva de negativa a estable, debido a lo que consideran una mejora en los déficits fiscales en relación a años anteriores.

El reporte de la calificadora S&P destaca que “La perspectiva estable incorpora nuestra expectativa de un crecimiento moderado del PIB, un buen acceso continuo al financiamiento oficial y una política fiscal que contribuye a una carga estable de la deuda neta del gobierno general durante los próximos dos años”, que serían el resto del mandato de la presidenta Xiomara Castro.

En el crucial campo de la evaluación de riesgo de transferencia y convertibilidad (T&C), la calificadora la mantiene en “BB”.

Sectores empresariales y algunas personas se han quejado con el cambio de modelo del Banco Central de Honduras (BCH) en el otorgamiento de dólares, al pasar de mercado libre al de subasta de divisas, que ha denotado una escasez o restricción, algo que niegan las máximas autoridades monetarias.

Los éxitos macroeconómicos logrados son celebrados en el campo gubernamental y tienen reconocimiento en el sector privado y académico, ya que señalan que los mismos permiten una mayor disciplina fiscal y reducen los costos crediticios.

Al respecto el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Mateo Yibrin, escribió en su cuenta de X “La firma del acuerdo entre Honduras y el FMI es un paso positivo para construir credibilidad y fortalecer la macroeconomía. Su implementación debe rendir frutos para crecer. El sector privado acompaña al gobierno en cualquier medida que promueva competitividad y empleo”.

Pero algunos académicos recuerdan que van acompañados de medidas como una mayor flexibilización en el tipo de cambio que permitirá una devaluación del lempira frente al dólar.

El economista Roberto Lagos señaló que el acuerdo con el FMI compromete al BCH a hacer ajustes al alza al tipo de cambio, algo que negó la titular del organismo Rebeca Santos.

Pero Lagos volvió al tema con el reporte de S&P al postear en su cuenta de X “Por cierto ya le dieron lectura al comunicado de Standard and Poor’s – especialmente aquellos que dicen que el tipo de cambio no se puede proyectar” y señaló claramente a la página 6 del documento de la agencia calificadora indicando que es “consistente con lo expresado hace algunos días con respecto al acuerdo con el Fondo Monetario que este incluye deslizamiento de la moneda”.

El informe de S&P proyecta el tipo de cambio de 25.1 lempiras por dólar del 2023 a 26.3 lempiras por la divisa estadounidense al 2026, lo que equivaldría a un alza de 1.2 lempiras por dólar en el lapso.

Empleos, la parte difícil

Pero la economía hondureña viene registrando una sangría en el tema de los empleos, con la pérdida de miles de ellos durante 18 meses, siendo uno de los principales dolores de cabeza de las familias.

Recientemente el presidente de la Federación Sindical de Trabajadores Nacionales de Honduras (Fesitranh), José Dolores Valenzuela, estimó que unos 50 mil empleos se perderán el 2023, entre el sector de la maquila y el comercio en general.

El sector maquilador ha sido el más golpeado debido a la desaceleración de la economía estadounidense, su principal mercado, provocando el cierre de plantas o la disminución de la plantilla laboral en las zonas de procesamiento que quedan operando.

Recientemente se filtró que la sangría de pérdidas de empleos continuará en ese sector de cumplirse los anuncios que una multinacional del sector arneses, que fabrica componentes para el sector automotriz, y que se prevé cerrará a finales del presente año.

La compañía que fábrica para la multinacional Lear todavía no ha anunciado el cese de operaciones, que agregaría más de cinco mil despedidos golpeando a igual número de familias.

La crisis de empleos se evidencia cuando se anuncian plazas vacantes y la oferta es superada ampliamente, lo que hace que miles de jóvenes hagan largas filas para entregar sus solicitudes.

Pero no solo la maquila es golpeada, el sector comercial ha visto como históricas marcas que han operado, especialmente en el sector norte, desaparecen como el supermercado Junior y la casa comercial KM cerró el fin de semana tras décadas de operar.

El sector productivo, integrado por los empresarios y trabajadores, han venido reclamando al gobierno crear una mesa anticrisis y un pacto por el empleo que permita salvar los actuales puestos de trabajo, evitar la pérdida de los mismos y crear condiciones que faciliten las inversiones para generar más plazas laborales.