Tegucigalpa – Honduras rescató entre 2021 y lo que va de 2022 a 134 víctimas de la trata, flagelo considerado el segundo negocio ilícito «más lucrativo» del mundo, dijo este miércoles la Comisión Interinstitucional Contra la Explotación Sexual, Comercial y Trata de Personas (Cicesct).

En la inauguración en Tegucigalpa de una campaña contra ese flagelo, la secretaria ejecutiva de la Cicesct, Sua Martínez, dijo a periodistas que su país rescató a 101 víctimas de trata de personas en 2021 y a 33 en lo que va de este año.

En el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, que se conmemora el 30 de julio por disposición de las Naciones Unidas, señaló que el 51 % de las víctimas de este delito son menores de edad, 32 % mujeres, 12 % hombres y 2 % personas de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transexual e intersexual (LGBTI).

La trata de personas «es uno de los delitos más lucrativos después del narcotráfico» a nivel global, porque «utiliza a niñas, jóvenes y adultos para explotarlos y comercializarlos», subrayó Martínez.

Destacó que «la pobreza, la desigualdad, el desempleo y el hambre» son los principales factores que favorecen que la trata avance en Honduras, uno de los países más pobres y violentos del mundo.

La posición geográfica coloca en esa categoría a Honduras como «país de origen y tránsito» para la trata de personas en sus diversas modalidades, subrayó Martínez, quien indicó que la mayoría de las víctimas son objeto de explotación sexual.

Martínez participó hoy en el lanzamiento de una campaña para crear conciencia contra el delito de la trata de personas en el país centroamericano.

Agregó que los medios de comunicación juegan «un papel fundamental» en la lucha contra este flagelo e instó a las personas a denunciar este delito.

«Estamos trabajando desde la Cicesct para disminuir este delito», enfatizó Martínez.

La explotación sexual comercial supone la principal manifestación de la trata de personas en Honduras, según las autoridades hondureñas.

La trata es un crimen que consiste en captar y retener a una persona mediante la fuerza o la coerción, con el fin de explotarla sexual o laboralmente.