Tegucigalpa – El economista Roberto Lagos, sobre la política internacional, dio un análisis sobre las implicaciones del reciente anuncio de la administración Trump de revisar las ayudas al extranjero.

Según Lagos, este cambio podría alterar significativamente la relación de Honduras con Estados Unidos y, de paso, golpear el bolsillo de quienes dependen de proyectos financiados por la cooperación norteamericana.

De Biden a Trump: un cambio de timón drástico

Lagos señaló que la administración Biden había enfocado sus esfuerzos en atacar las raíces de la migración irregular en el Triángulo Norte, asignando recursos estratégicos para este propósito. Ahora, Trump plantea un enfoque completamente diferente, suspendiendo la asistencia para determinar qué países son sus «socios fuertes» y cuáles no.

«Trump está priorizando relaciones con gobiernos que se alinean con su visión ideológica, como Nayib Bukele en El Salvador y Milei en Argentina», afirmó Lagos. Por el contrario, Honduras, con su cercanía a países como Venezuela, Nicaragua y Cuba, no estaría ganando puntos en este nuevo esquema de alianzas.

Sanciones y efectos colaterales

Seguidamente, el experto en materia económica puso un ejemplo de algunos efectos indirectos que afectarían a Honduras y destacó un tema sensible: la posible aplicación de sanciones comerciales a Nicaragua, uno de los principales clientes de Honduras en la industria textil. «Honduras exporta alrededor de 500 millones de dólares en telas a Nicaragua, que luego las transforma y las vende a Estados Unidos. Si Trump decide sancionar a Nicaragua, el impacto será directo e inmediato para nosotros», advirtió.

La repetida autodeterminación

Lagos también criticó el «pulso» que las autoridades hondureñas parecen querer jugar con Estados Unidos, promoviendo una política basada en la autodeterminación y el respeto mutuo. «Es cierto que cada país es soberano, pero en este tipo de pulso, el gran perdedor puede ser Honduras. Mientras Relaciones Exteriores busca probar teorías sobre soberanía, el pueblo hondureño pagará el precio», advirtió.

El economista subrayó la necesidad de que el gobierno hondureño tome medidas para mitigar el impacto de una posible reducción en la asistencia de Estados Unidos. «Hay que reasignar recursos del presupuesto, reducir el gasto corriente y asegurarse de atender a la población clave. No podemos simplemente cruzarnos de brazos mientras esperamos que el gobierno de Trump defina sus prioridades».

Finalmente, Lagos dijo que este 2025 Honduras enfrenta un panorama complicado, tanto por factores internos como externos, por lo que subrayó un mensaje claro: “La relación con Estados Unidos debe ser creíble y pragmática. El distanciamiento ideológico puede tener consecuencias devastadoras para un país como Honduras, que depende en gran medida de esa cooperación”.