Tegucigalpa / Barcelona – Las posibilidades que tienen los hondureños de lograr protección internacional en España, “cada vez son más complicadas”, dice Yeni Rodríguez, una hondureña que solicitó asilo y que ahora espera con paciencia franciscana.

“Aun sin esperanza, pero me he tenido que someter al proceso”, dice con desanimo.  

En España hay casi 125 mil personas de los países que conforman el Triángulo Norte en Centroamérica, El Salvador, Guatemala, Honduras, y Nicaragua, según el Instituto Nacional de Estadística español y que difunde el rotativo nytimes.com. Esas cifras, dicen expertos en temas migratorios del Triángulo Norte consultados por Proceso Digital, se quedan cortas ante la creciente emigración de centroamericanos que parten para rutas europeas, sin documentos.

silute mi

Yeni solicitó asilo en España hace más de 18 meses, después de salir de Honduras por amenazas de grupos criminales. Ella entonces, decidió dejar su tierra y buscar refugio en un lugar seguro. Así llegó a “la madre patria” donde aguarda por un estatus regular.

En Honduras lideraba actividades culturales dice, sin poder entender las razones para ser amenazada. “Decidí venir a España hace dos años, porque es un país de fácil adaptación”.

Confesó que entre otra de sus causas para migrar fue “la falta de empleo” y pese a que dejó a su familia en el país “no tengo planes para volver, ya conseguí un empleo en el que no gano mucho, pero me sirve para subsistir, adquirir experiencia y aspirar a un mejor trabajo”. Ella se dedica al cuidado de personas mayores.

asilo

“Yo no solicité ayuda a nadie, tampoco me busqué algún mecanismo de protección en Honduras, el asilo no es un tema fácil, es un proceso lento y tedioso, requiere mucho protocolo y siendo sincera no creo que me lo brinden”, concluyó.  

Solo el año pasado (2018), 4 mil 860 personas de Honduras, Guatemala y El Salvador pidieron asilo en España, pero solo hubo quince resoluciones favorables. De El Salvador, ninguna.

julio cesar trochez

En ese sentido, Julio César Trochez, conocedor de temas consulares, dijo que los hondureños desconocen el tema, pues creen que solo es de llegar y hacer una solicitud – “el problema es que aquí, no se contempla la persecución que protagonizan las maras y pandillas, como un argumento para conceder asilo”, acotó.

“Entonces las posibilidades de conseguirlo, por ese motivo son muy pocas, la desventaja es que ese es el principal motivo que presentan los hondureños y centroamericanos ante las autoridades españolas”, explicó.

Según datos Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Honduras, en el 2017 unos 64 mil hondureños residían en España, lo que representa un fuerte movimiento migratorio que incrementó las cifras al menos a 84 mil compatriotas en el 2018.

El gobierno español sólo aceptó “una de cada cuatro solicitudes de asilo”, por lo que el número de expedientes se sigue acumulando y ya son más de 78 mil casos pendientes sin resolución, indican estadísticas de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), una organización no gubernamental sin fines de lucro que asiste a migrantes en España.

Según el CEAR, España concedió protección internacional a 2 mil 895 personas, apenas un centenar de ellas latinoamericanas, siendo Venezuela, el primer país de origen de los solicitantes con más de 19 mil en total.

Honduras y El Salvador, ocupan el segundo y tercer lugar respectivamente, ya que se le otorgó asilo a  2 mil 410 hondureños y 2 mil 275 a salvadoreños;  sin embargo  en el 2018,  tan solo diez personas de Honduras obtuvieron el estatuto de refugiado en España; de Guatemala, cinco; de El Salvador, ninguna, registra la ONG.  

refugio

“Las posibilidades son muy pocas, pero el que tenga los argumentos y las pruebas necesarias, que lo haga, pero tiene que tomar en cuenta que las investigaciones no son inmediatas, pueden tardar hasta seis meses”, recomendó Trochez, quien ahora labora para un bufete de abogados en España, donde se reciben al menos tres solicitudes de asilo al día.  

Agregó que “hasta conseguir una cita es complicado para los salvadoreños, guatemaltecos y hondureños, la demanda es grande porque ahora se ha unido Venezuela”.

Finalmente, Trochez consideró que, pese a las dificultades para lograr el objetivo, la legislación española resulta bondadosa para las personas que huyen “porque no es como en Estados Unidos que allá si deportan, aquí (España) por lo menos logra salvar su vida porque no será deportado, a menos que infrinja la ley”.

sombra

Otro compatriota, a quien llamaremos “Jorge Díaz”, contó a Proceso Digital que él trabajaba en comunicaciones y tuvo que abandonar el país, porque “un trabajo de investigación que realicé para el medio en el que laboraba, no les gustó a ciertos grupos y me obligaron a salir de Honduras”.

“Ese trabajo convertido en denuncia, me generó muchas enemistades de varios sectores”, recordó el hondureño, quien salió de Honduras en el 2018 porque fue amenazado y en ese contexto agrega “buscaron desacreditar mi investigación”.

Actualmente goza de residencia temporal y de un permiso de trabajo desde octubre del 2018; luego de solicitar asilo en abril de ese mismo año. “Soy consciente que el proceso es lento y puede tardar hasta dos años para que se dé una resolución”.

documento de asilo

“Yo no solicité protección, no tenía caso, el sistema no es confiable”, concluyó.

Un comunicado de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), indica que “las autoridades españolas siguen mirando para otro lado” respecto a la violencia de las pandillas que enfrentan los centroamericanos.

El escrito lamenta que “la persecución de maras y pandillas” no sea un argumento fuerte para que centroamericanos adquieran su asilo; es por eso por lo que quienes huyen de Centroamérica no son personas susceptibles de recibir protección internacional. “No son refugiadas”, enfatiza.

De acuerdo con la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, un refugiado es una persona que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país y no quiera acogerse a la protección de tal país”.