Tegucigalpa – Luego que México y Estados Unidos acordaran expandir el programa que obliga a quienes solicitan asilo en EEUU a esperar en el país vecino hasta que se resuelvan sus casos, los hondureños que aguardan a una respuesta en Tijuana se encuentra entre la duda y la certeza de continuar con el proceso.

El pacto, fruto de una semana de intensas negociaciones en Washington para evitar la imposición de los aranceles, incluye un acuerdo para que EEUU expanda su programa «Permanezcan en México», también conocido como Protocolo de Protección de Migrantes (PPM).

Tras conocer sobre el acuerdo, el migrante hondureño, varado Edwin Sabillón Orellana manifestó que él y su familia continuarán con su plan de solicitar asilo en Estados Unidos.

Este inmigrante al igual que miles de sus connacionales se encuentra varado en Tijuana donde aguardan iniciar el proceso de solicitud de refugio en EE.UU.

Sabillón dijo que algunos migrantes podrían decidir que no vale la pena esperar en México a que se resuelva el largo proceso de solicitud de asilo, pero él no puede llevar a su familia de regreso a su hogar cerca de San Pedro Sula, la segunda ciudad más grande de Honduras, y que está azotada por la delincuencia.

Esa iniciativa -por la que EE.UU. devuelve a México a los solicitantes de asilo que llegan a su frontera mientras se tramitan sus peticiones- empezó a aplicarse este año en un solo punto de entrada, en San Diego (California), y a partir de marzo se amplió a otros dos, en Calexico (California) y El Paso (Texas).

 Otros hondureños han reaccionado con desesperanza y se debaten entre si regresar a su país o seguir con el proceso a pesar de ya sumar varios meses de espera en Tijuana.

“Nosotros no venimos para que hagan política con nosotros los centroamericanos”, manifestó Luis Torres de 40 años de edad quien emigró junto a su hijo de 12 años desde la capital hondureña.

Este hondureño se siente confundido con el estado de su caso, porque no estaba seguro de haber solicitado asilo tras firmar los documentos que los agentes le presentaron sin ofrecerle una explicación.

Ambas historias se repiten una y otra vez  a los largo del estado mexicano de Tijuana donde miles de hondureños que emprendieron la travesía en caravana ahora aguardan a iniciar el proceso de refugio en EE.UU.

Las autoridades migratorias de EE.UU. no han dado detalles de cuándo comenzará la expansión del programa, y algunos activistas están preocupados por la posibilidad de que llegue a la zona oriental de la frontera y obligue a algunos inmigrantes a esperar en Tamaulipas, considerado uno de los estados más peligrosos de México.

Sin embargo, una corte de apelaciones en San Francisco (California, EEUU), examina desde abril la legalidad del programa PPM, y existe la posibilidad de que decida paralizarlo.

El acuerdo recién alcanzado implica que se «expandirá la implementación» de ese programa «a lo largo de toda la frontera», según el comunicado conjunto de ambos países.

Eso podría obligar a decenas de miles de inmigrantes, en su mayoría centroamericanos, a aguardar en México a que los tribunales de inmigración estadounidenses decidan sobre su solicitud de asilo, un proceso que puede durar meses o incluso años.