Tegucigalpa/ Los Ángeles – Un grupo de activistas hondureños se plantaron en el consulado de México en Los Ángeles, California para exigir justicia por la muerte de 40 migrantes en un centro de detención en Ciudad Juárez y respeto a sus derechos humanos.

A criterio de Leoncio Velázquez, miembro de la organización de Hondureños Unidos de Los Ángeles (HULA), “fue un crimen de Estado del gobierno mexicano”.

Agregó en conversación con Proceso Digital y Departamento 19 que “estamos indignados porque actuaron con negligencia y los dejaron morir calcinados; no les prestaron auxilio y poco les importó que murieran en ese infierno”.

Sostuvo que ese centro de detención no es un albergue, “ahí tienen a los migrantes detenidos, no circulan libremente, están violando todos los derechos que tiene un migrante”.

Recordó que un albergue tiene puertas de entrada y salida, y en los videos que se han visto, claramente se ve que estaban encerrados con candados y barrotes, como si fuera una cárcel.

Indicó que junto al grupo de hondureños se apersonaron activistas de otras nacionalidades, entre ellos hermanos mexicanos, que están en contra de la política migratoria que ha adoptado el presidente López Obrador.

Dijo que también realizan una vigilia para pedir por cada uno de los migrantes que fallecieron calcinados en el centro de retención y por los heridos para que recuperen su salud pronto.

“Duele ver esas imágenes que circulan, los migrantes también tienen derechos humanos, si salen de sus países es porque no hay condiciones para vivir y toman la ruta migratoria para cambiar sus vidas”, apuntó.

40 fallecidos

La noche del pasado lunes, después de una jornada de detenciones de migrantes en Ciudad Juárez, cerca de 70 personas permanecían retenidas en la estación migratoria, donde fallecieron decenas tras desatarse un incendio de causas todavía por determinar en el interior de la instalación gubernamental.

Según el relato oficial, el fuego lo iniciaron los propios migrantes al quemar unos colchones como protesta al enterarse de que iban a deportarlos.

El conteo oficial de fallecidos empezó en 37 y fue variando en diversas ocasiones entre la incertidumbre de familiares y amigos de quienes estaban bajo custodia. También hubo 28 heridos graves, de los que cuatro han sido dados de alta y 24 continúan hospitalizados, algunos con pronósticos delicados.

Entre los muertos hay seis hondureños, siete salvadoreños, 18 guatemaltecos, un colombiano y siete venezolanos. Aún se desconoce la identidad de la última persona fallecida. IR