Decenas de hondureños sostienen pancartas y banderas estadounidenses mientras marchan dirección a la Casa Blanca hoy, en Washington (EEUU). EFE/ Lenin Nolly

Washington – Más de un centenar de hondureños marcharon este martes por el centro de Washington para terminar ante la Casa Blanca, donde reclamaron al gobierno del presidente, Joe Biden, que establezca un nuevo Estatus de Protección Temporal (TPS) para el país centroamericano.

«Ésta es una demostración del apoyo de las comunidades centroamericanas por un nuevo TPS», dijo a los manifestantes Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre, que organizó la marcha por la capital del país, hasta donde llegaron personas de varios estados.

«Que se escuche la voz de los migrantes, en un solo corazón, obligados a venir a Washington, pero esta marcha debería ser en Honduras en protesta contra la clase política corrupta», añadió.

Según datos del Centro Pew, unos 79.000 hondureños están amparados actualmente en el «viejo» TPS, que se estableció en 1998 y que está prorrogado hasta el 4 de octubre próximo mientras se resuelve una disputa judicial sobre la cancelación del programa que decidió el expresidente Donald Trump.

El Gobierno de Estados Unidos designa los países donde los desastres naturales o la violencia justifica el amparo dado a quienes escapan de esas naciones y les protege de la deportación y les otorga permisos de trabajo.

Mientras los manifestantes desfilaban desde el Monumento a Washington y por frente a la Casa Blanca hacia la Plaza Black Lives Matter, una mujer expresó su ira hacia el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, acusado de vinculación con un traficante de drogas ahora enjuiciado en Nueva York.

«Descontento, indignación y protesta por la situación de Honduras», dijo la manifestante. «Hágase a un lado (Hernández), tenga dignidad, preséntese en Nueva York».

La vicepresidenta de la Fundación 15 de Septiembre, Maybelle Castillo, dijo que su país «está en condiciones peores que cuando se otorgó el TPS. Han habido dos huracanes, una pandemia y una crisis política total en la que se encuentra nuestro país».

«Primero migramos de las aldeas a la capital para sobrevivir, porque a los campesinos no se les da tierra para sobrevivir», dijo Flores. «Nos tocó migrar a la ciudad buscando cómo sobrevivir, y tampoco lo encontramos».

«Lo que encontramos fue la clase política corrupta que desde (la independencia de Honduras) 1821 ha tenido 14 constituciones para acomodárselas como les viene mejor», añadió.

«Fuimos obligados a migrar a la última esperanza, Estados Unidos», continuó. «Obligados a migrar en masa de un país que es bello, que tiene tierras fértiles y gente honesta. Ése es el futuro que nos tiraron, con niños expulsados de la patria».

Para Flores y los cientos de hondureños que llegaron desde sitios como Orlando (Florida, Houston (Texas), Sacramento (California) y Philadelphia (Pennsylvania), es imprescindible un nuevo TPS para su país, que actualmente «no ofrece condiciones» para que puedan regresar.

El presidente Hernández, viajó en diciembre pasado a Washington, donde pidió la ampliación del actual TPS, que solo ampara a unos 44.000 hondureños.

Flores considera que EE.UU. no ha aprobado ese nuevo programa debido a la «separación de la amistad» entre Washington y Tegucigalpa por la corrupción que existe en su país y hace que esté cada vez más «aislado» en la escena internacional y después les toca «acarrear» a ellos las «irresponsabilidades» de sus mandatarios.

El presidente de la Fundación 15 de Septiembre dijo a Efe que eso quedó patente después de que recientemente el Gobierno Biden aprobó el TPS para Venezuela y Birmania y no para Honduras.

Los hondureños que emigraron a EE.UU. «avalan» la decisión del Gobierno de que ni un dólar de los 4.000 millones que Biden quiere entregar durante los próximos cuatro años a Centroamérica acabe en manos de sus presidentes, sino que se entregue a las ONG, organizaciones internacionales e instituciones religiosas que trabajan sobre el terreno.