París – Human Rights Watch (HRW) denunció este miércoles que Francia expulsa a Italia a decenas de niños no acompañados cada mes violando el derecho francés e internacional al no ofrecerles antes la protección y atención adecuadas.
Para autorizar esas devoluciones, según dijo la ONG en un comunicado, la policía fronteriza, que «no tiene autoridad legal para decidir quién es y quién no es menor de 18 años», suele anotar en los documentos oficiales edades o fechas de nacimiento diferentes a las declaradas por los menores.
HRW añadió que las autoridades también han devuelto «sumariamente» a adultos, incluidas familias con niños pequeños, sin decirles que tienen derecho a solicitar asilo.
La ONG basa sus afirmaciones en entrevistas a finales del pasado noviembre con seis menores y 27 adultos expulsados. HRW también entrevistó entre ese mes y el pasado abril a voluntarios y personal de grupos de ayuda, abogados y otras personas que trabajan a ambos lados de la frontera franco-italiana.
Muchas de esas devoluciones tienen lugar en el paso fronterizo entre Menton, una ciudad francesa a unos 30 kilómetros al este de Niza, y la italiana Ventimiglia, en la costa mediterránea.
Trabajadores del comedor comunitario de Ventimiglia, que ofrece comidas y la posibilidad de recargar los teléfonos a los expulsados, aseguran que en las tres primeras semanas del pasado febrero más de 60 niños no acompañados dijeron haber sido devueltos de Francia.
En cada uno de los tres meses anteriores, así como en marzo y abril, registraron «al menos» 30 casos similares.
Antes de ser devueltos, los detenidos por la noche suelen pernoctar en una de las tres unidades prefabricadas existentes, cada una del tamaño de un contenedor de transporte, donde dicen pasar hambre y frío y no se puede respetar la distancia social necesaria para evitar contagios de covid.
HRW recordó que el Consejo de Estado, órgano de contenciosos en Francia en materia de derecho administrativo, reconoció en abril que las condiciones de detención en esas unidades podían «socavar la dignidad humana», pero concluyó que no se daban los requisitos legales para ordenar su cierre.
Francia restableció los controles fronterizos con los otros países de la Unión Europea en noviembre de 2015, justo después de que una serie de atentados y tiroteos en París y la vecina Saint Denis mataran a 130 personas.
Pero la policía fronteriza está obligada a ofrecer a cualquier persona, incluidos los niños no acompañados, la opción de solicitar asilo en Francia.
«Las autoridades francesas deben ordenar a la policía de fronteras que cumpla con la legislación francesa y acepte la edad declarada de una persona si existe una posibilidad razonable de que sea menor de edad. Deben ser transferidas a la atención de las autoridades francesas de protección de menores», dijo la ONG.
Human Rights Watch añadió que Francia debe garantizar también que los centros de detención fronterizos para adultos cumplen con las normas mínimas de derechos humanos, y que niños no acompañados y familias con hijos no son retenidos en esas celdas.