Londres – El gesto de hincar la rodilla como forma de protesta contra el racismo nació en 2016, cuando el jugador estadounidense de fútbol americano Colin Kaepernick decidió que no podía escuchar con orgullo el himno de un país que, según él, oprime a los negros.

Fue en julio de 2020, con la vuelta del fútbol a Inglaterra y mientras emergían las protestas del «Black Lives Matter», motivadas por el asesinato de George Floyd, cuando los jugadores de la Premier League y las ligas inferiores empezaron a hincar la rodilla justo antes del pitido inicial del partido, para hacer patente su búsqueda de la igualdad y la lucha por el racismo.

Este gesto surgió en un contexto de partidos a puerta cerrada, por lo que los aficionados racistas solo podían quejarse a través de las redes sociales o en el sofá de su casa. La primera de estas opciones la explotaron al máximo, con insultos continuos a los futbolistas negros, llevando a la Premier al extremo de pedir a las plataformas acciones serias contra los individuos que se despachaban a gusto tras el anonimato de la red.

Con el retorno del público, poco a poco, surgieron las primeras revueltas. Fue en el campo del Milwall, equipo de Segunda división inglesa, donde en el primer partido tras la pandemia una parte de los 2.000 aficionados presentes en el estadio abuchearon a sus jugadores al hincar la rodilla. Un gesto que colocó a este pequeño club de Londres en el epicentro del racismo.

Desde entonces, ha habido equipos que han abandonado el gesto, otros que piensan que ya no tiene la fuerza necesaria, mientras que los jugadores de Inglaterra y Escocia han reafirmado su compromiso con él en el mayor escenario posible.

Cuando los ingleses, ante un Wembley con más de 20.000 personas, se arrodillaron en el partido ante Croacia, un ligero abucheo brotó de la grada. Un abucheo que fue tapado rápidamente con aplausos y vítores. «Los que abuchean esto son parte del problema», dijo Rio Ferdinand.

Para el encuentro de este viernes entre escoceses e ingleses, el que más audiencia reunirá en el Reino Unido de cuantos se jueguen en la fase de grupos, ambos equipos acordaron hincar la rodilla. «Hacerlo es un símbolo de solidaridad», dijo Andy Robertson, capitán de Escocia.

Por primera vez en la Eurocopa dos equipos realizarán el gesto antes de que comience el partido y curiosamente lo harán los dos países cuyos habitantes menos confían en su importancia.

Según una encuesta de YouGov, la firma que realiza estas estadísticas en el Reino Unido, solo un 37 % de los ingleses piensa que este gesto es importante para combatir el racismo, mientras que entre los escoceses la cifra baja al 36 %. Esto contrasta con el 76 % de los portugueses, el 66 % de los españoles y el 57 % de los italianos. Sin embargo, estos porcentajes no incluyen a los ingleses y escoceses «de diversas etnias», que consideran en un 61 % que es importante.

Cuando la pregunta es más clara: «¿Estás a favor o en contra de este gesto?», el 42 % de los escoceses dice estar en contra y el 39 % de los ingleses se opone a él.

La primera prueba de fuego, el Inglaterra-Croacia, ya está pasada. Ahora la solidaridad británica se enfrentará al segundo escrutinio, a la espera de que si Inglaterra sigue adelante y el virus lo permite, más de 40.000 personas se junten en Wembley para las eliminatorias. Ahí el gesto se expondrá ante el mayor número de personas desde que comenzó a utilizarse en el fútbol inglés.