Nueva York – Inmigrantes venezolanos llegados recientemente a Nueva York se mostraron este martes optimistas pese a una multitud de problemas: vivienda, procesos legales para obtener documentos que les permitan trabajar, cambios de clima y otros retos de la ciudad que han adoptado como nuevo hogar.
Los venezolanos se dieron cita en un encuentro convocado por la organización Se Hace Camino en el Centro Rey Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York (NYU), donde se proyectaron conmovedores testimonios e intervinieron también profesionales que brindan servicios a la comunidad.
Los venezolanos son el mayor grupo de los cerca de 200.000 inmigrantes que han llegado a la ciudad en los últimos dos años, y han tenido que enfrentar el proceso de solicitar asilo, permisos de trabajo y el Estatus de Protección Temporal (TPS) que les permiten vivir y trabajar en el país sin temor a la deportación.
Una de las asistentes, Raiza Guevara, que emigró desde Maracay por problemas políticos en febrero de 2023 junto a sus hijos de 4 y 6 años y ya logró su TPS y el asilo en EEUU, relató EFE que “lo más difícil” cuando llegó a esta ciudad “fue qué hacer y dónde ir, siempre buscando orientación legal, fue muy complicado conseguirlo”.
Pese a que la ciudad ofrece asistencia legal, “te dan papeles y cuando vas (al lugar determinado) no hay la ayuda necesaria, y hay que seguir buscando hasta encontrar la salida”, dijo la mujer de 27 años, que a través de Se Hace Camino Nueva York y la orientación que recibió en sus sesiones legales pudo solicitar el TPS y el asilo.
Los participantes en el evento rechazaron que a los venezolanos se les considere “criminales” por las acciones de un pequeño grupo de esa comunidad, y hubo voces entre el público que criticaron los comentarios en su contra por parte del expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump.
Y uno de los grandes temas fue el de la vivienda, luego de que Nueva York limitara a 30 días el tiempo de estancia en los albergues para solteros y a 60 días para familias con niños, con algunas excepciones.
“El tema de los 60 días ha sido preocupante, nos sentimos en una situación de no estar en un lugar estable”, dijo Guevara, que al estar embarazada ha podido permanecer en un albergue provisto por la ciudad, y destacó que es “muy duro” para niños cambiar de alojamiento, porque tienen que volver a empezar en un colegio.
El abogado James López, que trabaja con la organización en la orientación a los recién llegados y les ayuda con los documentos, señaló a EFE que a su juicio el mayor problema que enfrentan es la vivienda, por el alto precio y por los requisitos que algunos exigen y que ellos no pueden cumplir.
Para López, los venezolanos “son invencibles”, ya que después de haber pasado por varios países y la peligrosa selva del Darién para llegar a EE.UU continúan con su espíritu de lucha.
Otro ejemplo fue el venezolano Juan Liorio Segundo, de Guarico, en un testimonio de vídeo: “Estuve 8 días en la selva del Darién: fue fuerte, lloré, sufrí, pensé mucho en mi familia pero voy para adelante”, dijo.
“Me siento bien en Nueva York, hay que buscar la manera. Ya vi todo, el frío, el calor, cómo hay que luchar y me siento bien acá”, señaló Segundo, que dijo trabaja de deliverista en la Gran Manzana sin olvidar a toda su familia en Venezuela. EFE