Trípoli – Un total de 1,111 personas migrantes, entre ellas 31 menores y 50 mujeres, fueron interceptadas o rescatadas durante la última semana por guardacostas libios y devueltas a Libia, pese a ser considerado un lugar «no seguro», mientras que al menos 57 personas se encuentran desaparecidas y dos perdieron la vida, informó hoy la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Según este organismo, los migrantes partieron en embarcaciones precarias con salida desde la capital libia, Trípoli, y las ciudades vecinas del oeste Zouara, Azzawiya y Al Khoms. Además, señaló, los barco Sea Watch 3 y Ocean Viking, de la organización humanitaria SOS Méditerranée, rescataron varias pateras con 289 personas a bordo.

En lo que va de año al menos 360 migrantes han fallecido y otros 570 se encuentran desaparecidos en la ruta central, considerada una de las más mortíferas del mundo, recordó la OIM.

Durante el mismo periodo, más de 19,000 personas- incluidos 668 menores- han sido interceptadas y arrestadas por la Guardia Costera libia, un cuerpo formado en su mayoría por la Unión Europea y que está bajo la sospecha de distintas organizaciones humanitarias internacionales por sus supuestos vínculos con las mafias que se dedican al lucrativo negocio del contrabando de personas en esta ruta.

La OIM revela que en 2020 cerca de 12,000 personas fueron devueltas a Libia, 381 fallecieron y 597 desaparecieron.

Procedentes en su mayoría de países del Sahel y el África subsahariana, navegaban a la deriva después de que las mafias que operan en el norte de Libia las abandonaran entre las olas sin apenas medios para completar la arriesgada travesía.

Una vez retornados a puerto, recibieron los primeros auxilios de parte de la OIM y otras organizaciones antes de ser entregados a las autoridades de Migración libias, que los trasladaron a centros de detención que, según han denunciado diversas ONG, no cumplen con las condiciones de dignidad mínimas.

A mediados de julio Amnistía Internacional denunció las «atroces» violaciones cometidas por las autoridades libias durante las detenciones de personas migrantes tras ser interceptadas en el Mediterráneo y devueltas de manera forzosa al país con apoyo de la cooperación europea, que calificó de «vergonzosa».

Los llamados «centros de reagrupación y retorno» son escenario de torturas sistemáticas, violencia sexual, trabajos forzados y otras formas de explotación «con total impunidad», reveló la ONG en su último informe en el que instó a los estados europeos a suspender la cooperación con el país magrebí en materia de migración y control de fronteras. (ag)