Jerusalén.- Israel se prepara para acoger a miles de inmigrantes de origen judío tras la movilización de reservistas por parte del Kremlin para reforzar las tropas rusas en Ucrania, que ha causado que miles de rusos llegaran al Estado judío en los últimos días, y se espera la entrada de más personas las próximas semanas.
«Tras los recientes acontecimientos en Rusia y Ucrania», el Gobierno israelí añadirá «90 millones de shekels (25,7 millones de euros) para la absorción de la inmigración», anunció el primer ministro israelí, Yair Lapid, durante una reunión con su Gabinete.
La iniciativa se pondrá en marcha en el Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Aliyá e Integración, órgano encargado de gestionar la inmigración de personas con raíces judías desde cualquier país del mundo.
«Esperamos decenas de miles de olim (inmigrantes) en los próximos meses. Nos estamos preparando para ello y les damos la bienvenida», dijo Lapid.
Muchos rusos intentan salir de su país después de que el presidente Vladímir Putin anunció el 21 de septiembre la movilización parcial de la población para la guerra en Ucrania, lo que afecta a unos 300.000 reservistas.
Tras la llamada a filas, más de 6.500 rusos llegaron a Israel en los últimos días. A su vez, las autoridades israelíes prevén que una cantidad aún mayor de ciudadanos rusos aterricen al país en las próximas semanas, concretan medios locales.
Aquellos con raíces judías -que puedan demostrar el judaísmo de al menos uno de sus cuatro abuelos- podrán obtener la nacionalidad israelí, de acuerdo con la denominada Ley del Retorno.
El número de personas que emigraron a Israel desde Rusia y Ucrania aumentó mucho desde que comenzó en febrero la invasión rusa en territorio ucraniano, según la Oficina Central de Estadísticas israelí.
Entre el 24 de febrero y el 31 de julio, Israel recibió 12.175 nuevos inmigrantes de Ucrania y 18.891 de Rusia, lo que representa un 318 % más que en el mismo periodo de 2019 -antes de la pandemia de COVID-19-, cuando se registraron 2.651 inmigrantes de Ucrania y 7.123 de Rusia.
En Israel viven cerca de 1,3 millones de rusoparlantes (casi 15% de la población), una comunidad que se instaló al país en los noventa, tras la caída de la Unión Soviética.
La relación entre Israel y Rusia -muy estrecha en los últimos años- se ha tensado desde el inicio de la guerra, en parte por el alineamiento del Estado judío con las potencias occidentales que condenaron la invasión.
La semana pasada, Israel se sumó a Estados Unidos y la Unión Europea al anunciar que no reconoce la anexión por parte de Rusia de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, cuatro provincias de los territorios ocupados en el este de Ucrania.
Por otro lado, Rusia pidió recientemente el cierre de la oficina de la Agencia Judía en Moscú, un organismo vinculado al Gobierno israelí con presencia en muchos países que se ocupa de atender a la diáspora judía y de facilitar los trámites migratorios para aquellos que quieran nacionalizarse israelíes.
El gobierno ruso alega que la Agencia Judía supuestamente viola sus leyes de privacidad por recibir financiación externa de órganos o países que el Kremlin considera «agentes extranjeros».