Roma – Italia socorrió hoy a más de mil inmigrantes que viajaban en varias barcazas a la deriva en el Mediterráneo, con un imponente dispositivo en el que incluso tuvo que intervenir la Marina para no revivir el trágico naufragio de hace dos semanas.
La situación fue especialmente frenética en el Canal de Sicilia y las inmediaciones de la isla de Lampedusa y frente a las costas de Calabria (sur de la península Itálica), donde el 26 de febrero naufragó una barcaza procedente de Turquía, saldándose con al menos 73 muertos.
La Guardia Costera italiana desplegó un fuerte dispositivo con cinco lanchas patrulleras, tres buques y una aeronave y tuvo incluso que pedir la intervención de la Marina, que envió un buque.
MIL INMIGRANTES «EN PELIGRO» EN EL MAR JONIO
Las aguas del Jonio, que bañan los litorales de Sicilia, Albania e Italia meridional y Grecia occidental, fueron hoy escenario de operaciones frenéticas para responder a «numerosas peticiones de auxilio» desde barcazas que intentaban llegar a territorio italiano.
Entre estas se encuentra un barco con unos 500 inmigrantes a bordo a unas 70 millas al sur de Crotone (unos 112 kilómetros) que ha sido intervenido por tres buques de los guardacostas italianos.
Otros medios auxiliaron a otras dos pateras con alrededor de 800 inmigrantes a bordo que se encuentra a unas 100 millas (unos 160 kilómetros) al sur de la ciudad de Roccella Ionica, en la «punta de la bota» italiana.
Los guardacostas apuntaron que el día «resultó particularmente complejas por el elevado número de personas presentes a bordo de las embarcaciones» y que «proseguirán en «las próximas horas» con la intervención de otros dos buques y un avión ATR de vigilancia.
UNA OLEADA QUE NO CESA EN LAMPEDUSA
Por otro lado, la diminuta isla de Lampedusa, el enclave italiano más meridional y «puerta de Europa» para los inmigrantes que zarpan del norte africano, también vivió una jornada de incesantes llegadas que saturaron su ya precario centro de acogida.
En total, más de 3.000 inmigrantes se encuentran hacinados en sus instalaciones, con capacidad de solo 300 puestos, después de la oleada de desembarcos de los últimos días.
El responsable del ambulatorio de Lampedusa, Francesco D’Arca, aseguró en la televisión pública RAI que «se trabaja día y noche» y que «nunca se había registrado un flujo de llegadas de inmigrantes así», sobre todo muchas mujeres embarazadas y menores solos.
Basta pensar que solo ayer jueves se interceptaron y llevaron a tierra 41 barcazas con 1.869 inmigrantes, a los que hay que sumar los cientos de inmigrantes que logran alcanzar Lampedusa por sus propios medios.
La nave Diciotti de la Guardia Costera italiana se encontró hoy en el mar con 480 inmigrantes mientras viajaba a Lampedusa para descongestionar su centro de acogida y se hizo cargo de ellos.
Los inmigrantes llegados en estos días son de Chad, Siria, Sudán, Yemen, Senegal, Malí, Guinea, Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Liberia y Gambia y según los medios, la novedad es que la mayoría de los barcos habían partido desde la ciudad tunecina de Sfax.
ITALIA CONTRA LOS TRAFICANTES
Ante este escenario, el Gobierno italiano, que preside la ultraderechista Giorgia Meloni, aprobó anoche un decreto ley que aumentará las penas a los considerados «traficantes», los encargados de conducir las barcazas a las órdenes de las organizaciones criminales de tierra.
De ser capturados ahora, podrán ser condenados hasta a 30 años de prisión, mientras que antes la sanción era de un máximo de 5 años.
El objetivo es combatir a las mafias de trata de personas y evitar futuros naufragios como el de Crotone de hace dos semanas, que hoy arrojó una nueva víctima, un niño, lo que eleva el balance de víctimas a 73 personas, pues las labores de búsqueda continúan.