Tokio – Japón habrá perdido dos tercios de sus ciudades en 2120 de mantenerse la baja natalidad, según un estudio realizado por el profesor Tomoya Mori, especialista en economía urbana por la Universidad de Kioto, presentado este viernes.

Mori presentó estas conclusiones en una rueda de prensa en la que habló sobre un nuevo modelo estadístico para predecir el futuro de las ciudades japonesas y que pone de manifiesto el problema que supone el éxodo ya existente hacia los grandes núcleos urbanos y en el que influye también la baja natalidad en el país.

Según sus predicciones, el país asiático contará en 2120 con solo un tercio de las ciudades que conforman la nación en la actualidad, cerca de 150 ciudades frente a las 431 que existen en 2024.

Junto al menor número de ciudades, Japón tendrá para entonces entre 35 y 40 millones de habitantes, cerca de un 70 % menos que en la actualidad, de los cuales el 90 % vivirá en grandes ciudades, una tendencia que se extiende de manera global, en palabras del experto.

Las grandes ciudades como Tokio y Osaka verán reducido su número de habitantes y su densidad de población, pero acogerán cerca del 60 o 70% de la población total japonesa.

Esta transición dará como resultado lo que Mori denominó “ciudades compactas”, núcleos urbanos que concentrarán las áreas residenciales en su centro y donde se desarrollarán todas las funciones urbanas.

Las razones de este movimiento hacia las grandes urbes, según el profesor, será principalmente el encarecimiento del transporte y las comunicaciones entre las diversas regiones, cada vez más distantes por la despoblación, lo que llevará a un incremento aún mayor de los precios que expone a las ciudades rurales a una mayor fragilidad con riesgo de desaparecer definitivamente en los próximos años.

El alto coste de las infraestructuras, según el propio modelo, concentrará en las grandes ciudades el transporte público y las comunicaciones, obligando a la población japonesa a vivir cerca de los mayores núcleos urbanos.

Junto a esta problemática, la baja natalidad nacional es esencial para comprender su caída poblacional. Japón registró una tasa de fecundidad del 1.2 en 2023, su octavo año consecutivo de reducción, una tendencia que, según Mori, no se pueden mejorar únicamente con la llegada al territorio de un mayor número de migrantes.

Según el especialista japonés, todos los países tendrán una tasa de fecundidad inferior al 2 en 50 años, por lo que asegura que lo importante es elaborar políticas para mejorar la propia tasa, algo que resulta “muy difícil de ejecutar”.

Mori añadió que Japón debe proveer un mayor número de ayudas a los nuevos padres y destacó la necesidad de crear nuevos modelos familiares que no se concentren únicamente en el matrimonio. EFE