Los Ángeles (EE.UU).- Jeff Bridges es toda una institución de Hollywood. Ganador del Óscar al mejor actor por «Crazy Heart» y nominado seis veces más, a sus 68 años parece mejorar con cada película, algo que atribuye a la felicidad que siente en los rodajes y al misterio que aún le produce su profesión.
«Me motiva estar vivo y seguir enamorado del misterio de la actuación», resumió el actor en una entrevista con Efe, en la que conversó sobre su ilustre carrera, los motivos por los que es optimista respecto al futuro de EE.UU. y por qué disfrutó tanto con Drew Goddard, el director de su nueva película, «Bad Times at the El Royale», de estreno el próximo viernes.
«Es un buen guión. Y créeme cuando digo que evito trabajar en la medida de lo posible porque sé lo que cuesta. Tienes que dejar a la familia y tus otros intereses. Nunca sabes, además, si en ese periodo te pueden ofrecer algo que te gusta más que la película que has acordado hacer», confesó entre risas.
«Soy muy reticente a la hora de aceptar un proyecto, pero este me enganchó por la historia. Me encanta cuando el director va por delante de la audiencia. Esta es de esas películas difíciles de clasificar en las que no sabes descifrar sus secretos», afirmó.
La cinta, muy al estilo de las primeras obras de Quentin Tarantino, con diálogos afilados y un misterio que recuerda a las obras más populares de Agatha Christie, cuenta cómo siete extraños, cada uno con su propio secreto, coinciden en un hotel próximo al lago Tahoe, situado en la frontera entre California y Nevada, en los albores de 1969.
A lo largo de una sola noche, sus intenciones se irán desvelando y los objetivos de unos y otros chocarán, provocando el caos.
Bridges, que encarna a un cura con un oscuro pasado, lidera un reparto donde aparecen también Cynthia Erivo, Jon Hamm, Dakota Johnson y Chris Hemsworth, entre otros.
«Me gusta el ambiente que Drew creó: relajado y divertido. Además, él es el guionista, así que es genial tener allí mismo a la fuente del material. Sabe lo que quiere, pero está abierto a ideas», indicó el actor, que disfrutó especialmente con la forma en la que el cineasta presenta a los personajes.
«Es una escena larga y se toma su tiempo. Es sorprendente. En realidad, la historia se podría hacer como obra de teatro», indicó el candidato al Óscar por «The Last Picture Show», «Thunderbolt and Lightfoot», «Starman», «The Contender», «True Grit» y «Hell or High Water».
La película habla de la pérdida y los sueños rotos, los de una generación, a la que Bridges pertenece, que creció impregnada de «inocencia y buenas intenciones».
«La película muestra el lado oscuro de esa época, cuando el sueño se vuelve pesadilla», explicó.
«Crecí en una sociedad con pensamientos muy positivos y soy uno de los llamados ‘hijos del amor’. Mucha gente se pregunta qué pasó con aquella energía. Yo creo que los ‘niños de las flores’ se fueron al mar y ahora están regresando. Percibo mucha de esa energía hoy, un cambio en la mentalidad muy necesario para nuestro futuro», añadió.
El cambio climático es una de las grandes preocupaciones de Bridges (acaba de participar en el documental «Living in the Future’s Past», que aborda el tema), quien hace ocho meses vio cómo los fuegos de Montecito (California) arrasaron la casa que llevaba construyendo con su esposa, Susan, desde hace tres años.
«Nos tuvieron que rescatar en helicóptero. Fue un momento muy duro», sostuvo Bridges, cuya trayectoria en Hollywood comenzó a muy temprana edad, ya que apareció a los 8 años en «Sea Hunt», la serie de televisión que lanzó a la fama a su padre, Lloyd.
«Lo que aprendí de aquella experiencia es que la industria ama los estereotipos. Mi padre hacía de buzo en la serie, y lo hacía tan bien que solo le ofrecían papeles similares durante años. Era frustrante para él. Era un actor muy versátil que procedía del teatro. Podía hacer de todo. Pero le cerraban las puertas», señaló.
«Por ese motivo -recalcó-, siempre traté de no encasillarme y hacer cosas muy diferentes».
Hoy en día, Bridges, tras títulos tan recordados como «The Fisher King» y «The Big Lebowski», es considerado uno de los mejores actores de su generación y en cada nueva actuación parece elevar el nivel de la anterior.
«Pongo mucho esfuerzo en lo que hago, pero a la vez, dejo que la actuación fluya. La práctica marca la diferencia. Cuanto más haces algo, más ritmo creas. Vuelves y quieres hacerlo más profundo, más real e interesante. Quiero que actuar me resulte algo nuevo cada vez que lo hago», declaró.
¿Y cuál es la clave para conseguirlo?
«Divertirse, llevar alegría al plató y no tomarse a sí mismo demasiado en serio», finalizó.