Tegucigalpa/San Pedro Sula – Estoy contando los días y las horas en que termine esta pandemia, y volvamos a la normalidad, es que siento que si no estoy dirigiendo o enseñando teatro, no soy yo mismo, siento que algo me falta, dijo José Francisco Saybe, director del Círculo Cultural Sampedrano y Fundación Cultural de San Pedro Sula (SPS).
Ambas organizaciones son las más referentes del arte y la cultura en San Pedro Sula, conocida como la Capital Industrial del país, situada en el corazón del departamento de Cortés, en la zona norte de Honduras. Ciudad a la que don Francisco Saybe describió como el hogar donde pudo realizar muchos de sus sueños y de la que se declara enamorado.
Nació el 30 de mayo de 1936 en la bella ciudad de La Ceiba, Atlántida, pero por cuestiones laborales su padre migró a ciudades como Tegucigalpa, Comayagua y San Pedro Sula. “Dependía de donde lo mandaba la empresa para la que él trabajaba”, recordó.
Estudió en el capitalino Instituto San Miguel, donde obtuvo el título de Bachiller en Ciencias y Letras, posteriormente, muy joven – a la edad de 15 años -, ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) donde se graduó con honores en la carrera de ingeniería civil.
Desde entonces, se convirtió en un hombre de familia, empresario exitoso, escritor, apasionado por la literatura y enamorado del teatro, ha venido dejando huellas que marcan la trascendencia de la cultura en Honduras, en ese contexto, Proceso Digital conversó ampliamente con él, para compartir con sus lectores, como este hondureño se ha convertido en un ejemplo.
Es hijo de Francisco Jorge Saybe y Herminia Handal de Saybe, quienes tuvieron cuatro hijos: Miriam, Johnny (fallecidos) Sandra y José Francisco, – “tuve una gran familia, mis padres me dieron un buen ejemplo y sus enseñanzas me sirvieron para toda la vida, me llevé muy bien con mis hermanos”.
Se casó con Rosa Emilia Larach, hace más de 53 años en San Pedro Sula, con quien procreótres hijos: Marcela, Vanessa y Javier con quienes cuenta “construimos una vida luchando juntos, Dios ha sido bueno conmigo, me dio una buena esposa y excelentes hijos, en ese sentido no puedo pedirle más a la vida”.
Su niñez y juventud
Recordó que la infancia fue una las mejores épocas de su vida y que su juventud pertenece a los tiempos donde tomarse una cerveza ya era un pecado, cuenta que fue un joven alejado de los vicios, dedicado a sus estudios, al trabajo, al teatro, a la familia y lejos de los cargos públicos y de la política. Sostiene que no se ve como un hombre destacado, pero sí comprometido en construir una Honduras mejor.
“Yo he tenido una vida feliz, desde mi niñez, juventud y ahora como esposo, tengo la bendición de ser padre y también abuelo, conservo mis amistades desde que era estudiante, y las personas que actúan y trabajan conmigo se convirtieron en mi familia, claro todo quiere sacrificio en la vida, soy amante de la responsabilidad y la excelencia”, apuntó.
En ese contexto reveló que los momentos más duros y críticos de su vida, fueron cuando fallecieron sus padres y dos de sus hermanos “jamás pude superar su muerte, fueron golpes muy duros para mí como para mi familia, sin embargo, aquí estamos luchando como nos enseñaron nuestros papás”.
No existe una fórmula para ser feliz, dice, – pero cree que, si las personas se dedican a hacer lo que más les gusta, podrán alcanzar sus objetivos sin pensar que se están sacrificando, y luego destaca que no habrá jornadas pesadas, sino placeres eternos en la vida.
Enamorado del teatro y de San Pedro Sula
Estando en Tegucigalpa -1960-, tuvo que trasladarse a San Pedro Sula por cuestiones relacionadas a su trabajo, “yo tenía la vida hecha en la capital, pero luego me enamoré de San Pedro Sula y desde entonces no quise irme nunca.”
Hasta este momento no sabe, cómo es que su vida se apasionó por la cultura, el arte y el teatro, porque en su familia no hay antecedentes de esta naturaleza, pero reconoce que él es “ingeniero de día y director de teatro en la noche”, las dos actividades los hacen muy feliz.
“Todo comenzó cuando tenía ocho años, en Comayagua, ahí me tocó escribir y dirigir una obra de teatro, recuerdo que en una velada artística, donde la anfitriona era la reconocida Julieta Salem, era la estrella de la noche”, externó.
Y por ende considera que su amor por el teatro se fortaleció en Tegucigalpa, porque tuvo la oportunidad de vivir la época dorada de la actuación en esa ciudad, ya que en ese tiempo se presentaban en el Teatro Manuel Bonilla; obras de España, Argentina, México entre otros países.
Un perseguidor de la cultura
“Yo por eso le agradezco a mi padre, porque me daba el dinero para que fuera a verlas, no me perdía una obra de teatro; además soy amante de la lectura y la misma estaba relacionada a las grandes obras teatrales y es de esta manera en que comienza esa pasión en mí”, detalla.
Don Francisco Saybe cuenta que, ha viajado a muchos lugares del mundo para ver obras de teatro, y que el requisito para visitar una ciudad es que tenga que haber teatro, sino para él no tiene sentido ir ni de paseo, – “estuve viviendo un año en Nueva York, tenía un buen sueldo, pero casi todo se gastaba por andar cada día en los teatros”.
“Son tantas obras las que he visto en mi vida, pero la que más me ha impactado es Los Miserables, porque es muy completa” y la considera una obra muy conmovedora. Además, reconoce que la presentación de Evita es otra de sus favoritas, “la vi en Londres y fue una maravilla. Si yo iba 15 días a Nueva York, 14 de esos días, yo estaba viendo obras en los teatros”
En Honduras hay mucho talento
Madrid, Inglaterra, Argentina, Estados Unidos, su países favoritos para ver teatro, aunque vistió muchos más. Reconoce que en Honduras hay mucho talento y es una lástima que no se pueda vivir de la actuación, – “aquí se desperdicia mucho talento, lastimosamente no hemos tenido visión en ese sentido”.
Orgullosamente, narra que, en Círculo Cultural Sampedrano, han actuado casi 800 actores en 50 años, la mayoría con grandes talentos, ellos fácilmente en otro país, – “se podrían ganar la vida cómodamente, pero aquí nadie recibe un centavo por actuar, dirigir o producir obras”, lamentó.
Recalca que “los gobiernos no han sido lo suficientemente listos como para apoyar el arte y la cultura aquí hay tanto talento perdido, es una lástima, pero los digo porque yo he salido y veo tanto recurso humano en Honduras, yo puedo decir que me siento tranquilo porque he dado lo mejor de mí en este país que amo tanto, no nos hemos detenido”, dijo.
Las mutaciones de teatro en pandemia
Debido a la pandemia, las obras no se han detenido, sino que se presentan virtualmente todos los sábados vía zoom, donde se han tenido la asistencia de hasta mil personas conectadas, disfrutando de una obra. “La pandemia no nos ha detenido, hemos tenido también avance y estamos aprovechando el tiempo”.
Detalló que en el teatro que lleva su nombre se han presentado al menos 178 obras, donde más de 2 millones 300 mil personas las han logrado observar y con orgullo resalta que el diario de Ana Frank es la obra que rompió todos los récords de audiencias.
La ingeniería, su otra pasión
Sobre su labor como ingeniero dijo “la ingeniería es una gran profesión, porque todo lo que se hace y construye queda para la perpetuidad, aunque hay un problema, si se cae un edificio o una obra también se cae el prestigio profesional.
Saybe y Asociados, creada en 1973 tiene ingenieros, dice “Don Chivo” porque los escogen de acuerdo con su índice académico de las distintas universidades, y en total son 230 empleados, topógrafos, laboratoristas, entre otros.
El 80 por ciento de ellos, han sido escogidos como los mejores alumnos de su promoción y muchos son hasta catedráticos, además 20 a 30 personas hacen la práctica en su empresa cada año y quienes logran mostrar un talento especial son contratados inmediatamente.
Nunca quiso ser funcionario público
En gobierno del entonces presidente de Honduras, Juan Alberto Melgar Castro, le ofrecieron ser ministro de comunicaciones y no aceptó, sin embargo, agradeció el gesto, dijo que no aceptó porque siempre creyó que no es su línea, “no soy político, voto por la persona y no por los partidos, trabajamos al margen de la política”.
Y recuerda que apenas tenía 30 años cuando pudo haber sido ministro, “tal vez cause mala impresión porque ya estaba el nombramiento hecho, pero era feliz haciendo lo que hacía y no quería cambiar mi estilo de vida, estaba bien en mi trabajo de día como ingeniero y en el teatro de noche”,
Fundó Saybe y Asociados, donde era el encargado de dirigir desde un proyecto hasta la administración, con el tiempo el crecimiento de la empresa requería más personal para atender la demanda; actualmente es presidente y sus funciones cambiaron, ahora se encarga de la toma de decisiones y de dirigir con dedicación su empresa.
Sin embargo, en la época del extinto expresidente José Simón Azcona (1986-1990) la crisis económica del país fue la principal amenaza para su empresa, todo pudo haber terminado, “pero fue gracias a un préstamo que nos gestionó un cuñado –Napoleón Larach-, que pudimos superar la crisis y recuperar la empresa”.
¿Cómo es?
En la empresa dicen que soy una persona suave, tranquila y noble, porque nunca he insultado a una persona, nunca le he levantado la voz a alguien, en mi empresa no existen las confrontaciones, pero dicen que, en el teatro, soy un demonio, porque brinco, salto, reclamo y gritó, pero – “yo digo eso es nada más pasión”.
Acentúa, “La gente pregunta que cómo es posible que yo sea así, con las personas que ni siquiera están recibiendo un salario; pues les digo que si recibiera un sueldo y no hace lo que corresponde, sería fácil despedirlo, en cambio cuando es voluntad, sacrificio y vocación, si no hay mano fuerte, entonces los proyectos no avanzan, no crecen”.
Dice que el talento, el compromiso y sacrificio de las personas por actuar, también les hace parte de su familia, porque una vez que entran en el teatro no salen nunca, “-para mí son seres muy queridos y valiosos para Honduras”.
Dijo que es amante de los perros, pero lamenta que nunca pudo tener uno, porque su esposa es alérgica a ellos, “pero siempre he creído que son los mejores amigos del hombre, no lo tuve yo, pero si mis nietos sí y disfruto que ellos sí pueden tenerlo”.
Es del criterio que las redes sociales son una herramienta que debe utilizarse para promocionar lo bueno y lo positivo; si son una amenaza para la convivencia, dice , – sin embargo, agrega , – “depende del uso que cada quien quiera darles, no soy tan amante de las redes sociales, aunque reconozco que son muy útiles”.
El Teatro José Francisco Saybe
Dijo que nunca estuvo de acuerdo que, a un teatro, en el que trabajó incansablemente se le pusieran su nombre, “yo lo que quería es que los artistas tuvieran un lugar digno donde presentar sus obras, nunca pensé en algo que me hiciera honor a mí, yo ahora se los agradezco porque sé que lo hacen por el cariño que me tienen”.
En el Teatro José Francisco Saybe, se han presentado unas 250 funciones al año, el costo para mantener desde que comenzó la pandemia es 55 mil lempiras mensuales y gran parte de ese recurso salen de su patrimonio, pero para él “no es una carga, para mí es un placer tener que involucrarme en algo como esto”.
El teatro es parte de la voluntad de la población, expresa para luego agregar que recuerda “que recogimos más de dos millones y medio de dólares, la gente nos regalaba materiales y costó ocho años construir la obra, solo juntos pudimos construirlo de lo contrario no habría sido posible. Pero ya teníamos en ese entonces 28 años de hacer teatro en la ciudad”.
Cerró diciendo a quienes les gusta el teatro, que traten de involucrarse, que hagan sus sueños realidad porque es una enseñanza para la vida, mientras tanto él, Francisco Saybe, seguirá siendo el ingeniero de día y el director del teatro en la noche, porque para él, actuar es una terapia y un placer donde solo hay cabida para valientes.(JP)