Washington – Jueces de inmigración de EE.UU., que enfrentan una acumulación de 1,8 millones de casos atrasados, buscan agruparse de nuevo como sindicato después de perder ese derecho durante el gobierno de Donald Trump (2017-2021).
La Asociación Nacional de Jueces de Inmigración (NAIJ, en inglés) solicitó este jueves a la Autoridad Federal de Relaciones Laborales (FLRA, en inglés) el restablecimiento de su estatus como gremio en representación de unos 500 magistrados.
«Bajo el gobierno de Trump, el Departamento de Justicia dio pasos extraordinarios para silenciar injustamente a los jueces de inmigración», dijo Mimi Tsankov, presidena de NAIJ.
La junta de FLRA tuvo hasta abril una mayoría de miembros designados por el expresidente Trump y en cumplimiento de una política iniciada por el republicano, ese mes revocó la certificación de NAIJ como organización gremial.
Esa junta ratificó sus conclusiones anteriores según las cuales «los jueces de inmigración son funcionarios de gerencia y dirección que deben ser excluidos de la unidad de negociación colectiva».
NAIJ ha representado a los jueves de inmigración desde 1971 y en años recientes, especialmente durante el gobierno de Trump, ha advertido repetidas veces su alarma por la escasez de magistrados y de personal, lo que ha contribuido a la acumulación de 1,8 millones de casos atrasados.
En mayo cambió la composición de la FLRA cuando el Senado confirmó a su designada Susan Tsui Grundmann en el organismo de tres miembros.
«Esperamos que la FLRA acepte nuestra petición, fije la fecha para una elección y vuelva a certificar a nuestro gremio», expresó Tsankov.