Washington – Un juez federal bloqueó temporalmente este miércoles las restricciones al asilo aprobadas la semana por el presidente, Donald Trump, que buscaban dejaba fuera del sistema a la mayoría de solicitantes centroamericanos.

La decisión de este juez, con tribunal en San Francisco (EE.UU.), reemplaza un fallo judicial anterior también de este miércoles que dejaba en pie la medida de Trump, en una efímera victoria para el presidente.

Con este nuevo fallo, el juez, Jon S. Tigar obliga al Gobierno de EE.UU. a seguir aceptando las peticiones de asilo de todos los solicitantes que lleguen a la frontera.

La medida promovida por Trump la semana pasada restringía la posibilidad de pedir asilo en EE.UU. a los migrantes que hayan pasado antes por otros países, donde debían dirigir a partir de ahora sus solicitudes.

Como la mayoría de solicitantes de asilo son ciudadanos de El Salvador, Honduras y Guatemala, en su camino hacia EE.UU. pasan precisamente por Guatemala y por México.

La medida ponía virtualmente fin a la posibilidad de solicitar asilo en Estados Unidos.

En su fallo, Tigar dijo que «la nueva medida es probablemente inválida porque es inconsistente con las actuales leyes de asilo», al calificar la decisión del Gobierno de Trump de «arbitraria y caprichosa».

Durante la audiencia previa al fallo, Tigar dijo que el Gobierno no ha presentado pruebas de que los sistemas de asilo de México y Guatemala puedan hacerse cargo de decenas de miles de nuevos solicitantes centroamericanos.

También dijo que no había presentado ni «una chispa de evidencia sobre la idoneidad del sistema de asilo en Guatemala».

Desde su llegada al poder en enero de 2017, Trump ha hecho del asilo uno de sus objetivos políticos ya que considera que hay un abuso del sistema del que los inmigrantes se aprovechan para ingresar y trabajar en Estados Unidos.

En los últimos meses, de hecho, la frontera sur de EE.UU. ha vivido un incremento en las llegadas de solicitantes de asilo centroamericanos en unidades familiares.

Mayo fue el mes de mayor flujo desde 2006, con la detención de más de 132.000 personas que cruzaron la frontera sin permiso.

Trump ha probado varias medidas para desincentivar esa migración, como separar a padres de sus hijos menores de edad tras cruzar la frontera o devolver a México a solicitantes de asilo a la espera de que se resuelvan sus casos.