Tegucigalpa – Aunque llevaba en su sangre el arte y una de sus motivaciones era su hermana, debió luchar para lograr su espacio en un campo dominado por los hombres, ya que tallar obras con piedra y manipular arenilla era masculino, pero Kathy Munguía decidió derribar esas barreras y mostrar que las mujeres también están hechas para hacer piezas artísticas moldeando y manipulando piedras.

– La exigencia física del trabajo en piedras es complicada, el rendimiento es diferente con sus compañeros hombres.

Desde pequeña incursionó en el mundo del arte, aunque no fue hasta sus 22 años que decidió incursionar en la escultura, una actividad en la cual lleva ya 10 años.

Kathy Munguía nació el 21 de enero de 1990 en la ciudad de Tegucigalpa. Sus estudios primarios los realizó en la escuela Emma Romero Callejas, mientras que la secundaria en el Instituto Superación San Francisco.

Mientras que su carrera la hizo en la Escuela Nacional de Bellas Artes egresada en 2008 como maestra de artes plásticas.

Munguía proviene de una familia donde hay seis hermanos, de los cuales, cinco poseen habilidades con el arte: tres estudiaron en la Escuela Nacional de Bellas Artes. La escultora contó que su ejemplo a seguir en el mundo del arte fue su hermana mayor.

Contó que desde pequeña tuvo inquietud de dibujar y poder expresarse sin recurrir a palabras.

Inicios

Narró que su curiosidad por la escultura nació en su segundo año en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 2007 cuando observó a estudiantes desarrollar obras en talla directa de piedra o fundiciones en resina o concreto.

“Me llamó la atención experimentar con otros materiales y el hecho de cómo algo que pasa del dibujo lo puede tocar en todas formas”, dijo a Proceso Digital.

Aunque aceptó que su carrera como escultora surgió en 2012 cuando participó como asistente en un simposio de escultura en el municipio de Gracias, departamento de Lempira.

En ese momento, recibió una invitación de quien fuera su maestro en la Escuela Nacional de Bellas Artes, César Manzanares; sin embargo, al estar solo ella con otra mujer, le pidieron realizar una pieza.

Posteriormente, asistió a otro simposio en Copán Ruinas, donde participó tras insistir el organizador.

No obstante, relató que entre 2008 y 2012, fue asistente del escultor César Manzanares en las clases de pintura, madera y escultora en la Escuela Nacional de Bellas Artes.

También estuvo en el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) como restauradora de pintura de caballete.

Por otro lado, en 2010 ingresó a la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) donde egresó de licenciatura en Educación Artística con orientación en artes visuales.

Contó que su primera obra de talla directa de piedra ocurrió en 2008 en su época como estudiante siendo una pieza de 20 a 25 centímetros.

Mientras que su primera pieza como profesional a nivel internacional fue una exposición en El Salvador en 2014.

Mujeres en la escultura

Kathy Munguía manifestó que ha sido difícil ver mujeres incursionar en la escultura por el estigma de ser qué tipo de trabajos pueden ejercer ellas.

Además, mencionó que para romper la barrera del género dependerá de la determinación de las mujeres, señalando que cuando la mujer no posee claridad de su camino siempre tendrá dudas de su capacidad.

Indicó que en varios eventos era la única mujer que participaba como escultora admitiendo que era complicado por la exigencia física, el tipo de trabajo y el rendimiento eran diferentes de sus compañeros hombres.

“Si hay espacios donde una mujer no se ha integrado en grupos de compañeros o viceversa, es complicado empezar a adaptarse, conocerse, aprender y desaprender”, dijo.

Munguía recordó que varios compañeros le dijeron que la participación de mujeres en la escultura les daba otra visión.

Destacó que en la actualidad hay más apertura y espacio para las mujeres, celebrando que se han ganado ese mérito.

Carrera

Kathy Munguía tiene 11 años de realizar piezas y ha hecho exposiciones en El Salvador y Guatemala, a nivel local, hay obras en la Galería Nacional de Arte de San Pedro Sula.

Indicó que los eventos públicos de creación artística como los simposios y festivales de escultura son importantes para dar espacio a los escultores.

“Mi meta ha sido desarrollarme y crecer dentro de mi país, dejar una huella, hasta este momento lo he logrado”, confió.

Aunque anunció que su intención es expandirse hacia Centroamérica e ir buscando otras latitudes.

Manifestó que su técnica es la talla directa en piedra con un estilo figurativo que consistía en tallar rostros y extremidades de manos y pies.

Munguía confirmó que uno de sus próximos proyectos es trabajar piezas en miniatura, realizar una exposición de manera individual y buscar trabajos en el extranjero.

Enfatizó que en Honduras no hay un mercado desarrollado de arte indicando que es más complicado promover la escultura que un dibujo o una pintura.

La escultora confirmó que hay proyectos que nacen del corazón del artista con la intención de aportar a la sociedad, pero que desafortunadamente hay instituciones que se aprovechan.

Celebró que hay municipalidades que apuestan por proyectos de escultura. Por otro lado, confirmó que los clientes habituales son “coleccionistas particulares”.

Garantizó que se puede vivir del arte, aunque no sea fácil, pero mencionó que se requiere de decisiones, determinación y convicción.