Al centrocampista belga Kevin de Bruyne, que en sus primeros 45 minutos de la Eurocopa se convirtió en el revulsivo de la remontada de Bélgica sobre Dinamarca (1-2), le agrada que su nombre suene como candidato al Balón de Oro, pero afirma que escapa a su control y él sólo puede dedicarse a jugar bien al fútbol.