Madrid – El fútbol llora el adiós de un centrocampista de época, el paso del tiempo, la decisión de irse en lo más alto, con 34 años, aún con mucho que regalar en los terrenos de juego. Es la personalidad de Toni Kroos. El mismo que decidió cerrar un ciclo en un Bayern que pudo marcar una época y ahora, siendo leyenda del Real Madrid, deja huérfano de su guante de seda y la precisión en el pase a un equipo en el que dio forma con Casemiro y Luka Modric a su mejor centro del campo.
En Wembley, el mismo escenario donde Kroos conquistó su primera ‘Champions’, en las filas del Bayern Múnich, sin poder participar por lesión ante el mismo rival, el Borussia Dortmund, se producirá el final deseado por el futbolista alemán a nivel de clubes. Cerrará el círculo vestido de blanco.
La oportunidad de pasar a la historia con su sexta conquista de la Liga de Campeones y dar alcance a Paco Gento. Un último reto sólo al alcance de Luka Modric, Dani Carvajal y Nacho Fernández. Supervivientes de una generación icónica para el madridismo.
Lo ha intentado hasta el final Florentino Pérez con una última propuesta de renovación hasta junio de 2025. Pero no era cuestión económica ni de tiempo. A Kroos ya le costó ampliar un año su última renovación y ha dudado seguir otro más. Ha valorado todo lo que le aporta el Real Madrid, su felicidad en la capital de España, pero se ha impuesto su deseo de dejar para el recuerdo la mejor de sus versiones.
Alejado de los futbolistas que aceptan un cambio de rol. Con una personalidad única. Tan diferente que es capaz de colgar las botas tras la mejor temporada de su carrera. Con números que plasman su importancia al mando del Real Madrid. El cerebro de todo. El jugador que mejora a los que le rodean. El líder que pide el balón para imponer un estilo y que nunca lo pierde.
Lo ha hecho desde 2014, cuando el Real Madrid encontró el verdadero sustituto de Xabi Alonso a precio de ganga. Por apenas 25 millones de euros fichó a un campeón del mundo con Alemania como Kroos que ya imponía su personalidad en el campo. Para permitir al centrocampista encarar un nuevo desafío en su carrera con 24 años.
El deseo del presidente madridista era el mismo que el de su entrenador, Carlo Ancelotti, que ha recibido la noticia que nunca quería confirmar. «Es insustituible», reconoció recientemente tras la invención del alemán de un pase al espacio a Vinícius para golpear al Bayern en el Allianz y dar un paso de gigante hacia la Decimoquinta.
«No falla pases, siempre elige la mejor solución y es un medio que quiere el balón. No tiene miedo de la presión, se orienta siempre muy bien. Lo mejor de Kroos es el control que tiene y que siempre está en posición correcta cuando recibe el balón», es la definición de Ancelotti de su referente en el campo.
Un centrocampista único que deja a ‘Carletto’ sin su líder en la medular, obligado a devolver a Jude Bellingham a su posición del pasado y así dar entrada al esperado Kylian Mbappé. El adiós indeseado de una leyenda para el nacimiento de una nueva. El relevo en el centro del campo ya planificado con antelación por el Real Madrid con los fichajes de Eduardo Camavinga y Aurélien Tchouaméni.
A la espera de la decisión del Real Madrid con Modric, que puede renovar con 38 años, por su lectura distinta del fútbol y la vida que su inseparable Kroos. El deseo del centrocampista croata, siendo ya el jugador más longevo que defiende al club blanco en Liga y ‘Champions’, de seguir superando registros extendiendo lo máximo posible su carrera en el mejor sitio posible. La necesidad de Ancelotti de referentes en el vestuario, de voces autorizadas que sean respetadas por los jóvenes. Tras perder a Kroos y cerca del adiós del capitán Nacho Fernández.
Kroos se va del Real Madrid dejando para la eternidad un centro del campo inolvidable con Casemiro y Modric. La base del primer club que ganó tres Ligas de Campeones consecutivas. El que dominó la competición de mayor prestigio para sumar su nombre desde el pitido final en Wembley a las grandes leyendas del madridismo.
El final soñado por el jugador que nunca se quiso creer en la casa blanca. Con la oportunidad de ganar una nueva Liga de Campeones y regresar a Alemania para poner la guinda con una Eurocopa siendo profeta en su tierra.