Berlín – La activista alemana Carola Rackete, excapitana del barco de salvamento Sea Watch3, alertó este miércoles en Berlín de la «crisis existencial» a la que se enfrenta la humanidad por el desplazamiento de personas que causa el cambio climático.
Durante la presentación de su libro «Actuar en lugar de esperar», Rackete recalcó que según los científicos está previsto que de aquí a finales de siglo la temperatura global se incremente de tres a cinco grados y se hagan más frecuentes las sequías.
Más allá de las catástrofes ambientales, un aumento de los conflictos armados por recursos como el agua hará que más personas se vean obligadas a huir de sus hogares, estimó Rackete, destacando que para estos desplazados es muy difícil obtener un estatus en los países de acogida.
«La Convención de Ginebra para los refugiados fue creada tras la Segunda Guerra Mundial y no tiene en cuenta el cambio climático,» apuntó la excapitana, proponiendo que los países que más contaminan acojan también a más refugiados.
En junio de este año, Rackete protagonizó un enfrentamiento con las autoridades de Italia al desafiar la prohibición del entonces ministro del Interior de ese país, Matteo Salvini y llevar a puerto a 40 inmigrantes rescatados 17 días antes en el Mediterráneo.
Su libro, que lleva el epígrafe «Un llamamiento a la última generación», relata su experiencia a bordo del Sea Watch3, pero se centra sobre todo en la cuestión del cambio climático.
«No me hice famosa por aquello a lo que me dedico normalmente. Los últimos años los he pasado en expediciones de investigación en la Antártida,» destacó la graduada en Conservación Medioambiental, que desde su regreso a Alemania ha liderado acciones del movimiento ecologista Extinction Rebellion.
Según Rackete, es momento de que la sociedad reflexione y elija «entre la transformación y el colapso». El cambio climático «no se arregla con acciones individuales, porque el problema es el sistema económico».
La solución, de acuerdo con la conservacionista, pasa por «organizarse de forma colectiva y cambiar el sistema, democráticamente y también a través de la protesta,» recalcó, realizando un llamamiento a la desobediencia civil.
Preguntada con respecto a su vivencia personal a bordo del Sea Watch3, la excapitana explicó que sólo había sido «consecuente».»No fue una decisión difícil porque estaba claro lo que debía hacer. Hay que vivir con las consecuencias,» declaró una Rackete visiblemente emocionada.
Detenida el 29 de junio tras arribar al puerto italiano de Lampedusa (sur), fue puesta en libertad pocos días después por la jueza Alessandra Vella, que consideró que Rackete actuó en cumplimiento del «deber» de salvar vidas en el mar.
Sin embargo, la activista aún se enfrenta a dos casos abiertos en Italia, uno de ellos por resistencia o violencia contra nave de guerra y otro por apoyar la inmigración ilegal. En relación a este último caso, Rackete declaró a Efe que «los abogados creen que la acusación se sobreseerá, puesto que hasta ahora ninguno de los casos similares han llegado a juicio».