EFE/Chema Moya

Madrid – Mientras Madrid libra su particular batalla política y sanitaria a cuenta del coronavirus, la pandemia continúa extendiéndose por el resto de España, dejando a su paso más confinamientos y medidas restrictivas para intentar frenar esta segunda ola de la enfermedad, que ha dejado hasta el momento en el país más de 860.000 contagios y casi 33.000 fallecidos, según cifras oficiales.

En el segundo día con la ciudad de Madrid y buena parte de la región confinados bajo la figura del estado de alarma, que el Gobierno español decretó el pasado viernes para frenar el aumento de infecciones, tanto el virus como los políticos se dieron una tregua, quizá porque la comunidad autónoma madrileña no ofrece datos del avance de la epidemia durante los fines de semana

Apenas hoy los medios se hicieron eco de las declaraciones realizadas por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, anoche, en una entrevista en la televisión, en las que anunciaba que si el próximo martes la capital se mantiene «por quinto día consecutivo» con menos de 500 casos por 100.000 habitantes de incidencia acumulada de covid-19, pedirá que decaiga el estado de alarma al ministro español de Sanidad, Salvador Illa.

«Las cifras son preocupantes, nadie lo puede negar», admitió Almeida, aunque destacó que en los últimos días ha bajado un 25% el número de contagios y el nivel de hospitalización, por lo que «parece poco discutible que las medidas (tomadas por las autoridades regionales) estaban funcionando».

NAVARRA EL OTRO FOCO PRINCIPAL DE CONTAGIO

Mientras el Ejecutivo encabezado por el socialista Pedro Sánchez y el regional de Madrid, presidido por la conservadora Isabel Díaz Ayuso, mantenían una constante discusión sobre la cantidad y dureza de las restricciones que se debían imponer en la capital y en el resto de municipios más afectados, el COVID dejaba cifras preocupantes también en otros lugares de España y, en algunos, sus responsables autonómicos y locales establecían sus propios límites para frenarlo.

Uno de esos lugares es Navarra (norte), donde ayer las autoridades regionales pedían a sus vecinos que se autoconfinaran y hoy anunciaron más limitaciones al ocio y a las relaciones sociales a fin de evitar el avance del coronavirus y, aunque de momento no ha planteado restringir la movilidad, sí que lo ha recomendado.

Desde el inicio de la pandemia, Navarra acumula 21.728 contagios y 617 fallecidos, según los últimos datos oficiales dados a conocer y, se sitúa a la cabeza en incidencia acumulada de casos en los últimos 14 días, con 675 positivos por 100.000 habitantes, mientras Madrid ocupa el segundo lugar con 541.

Ambas superan el límite de los 500 casos por 100.000 habitantes en 14 días fijado por el Ministerio español de Sanidad para establecer confinamientos perimetrales y limitaciones de otro tipo, lo que ha supuesto un motivo más para la confrontación política entre la administración central y la regional madrileña, que tacha al Gobierno de la nación de no usar la misma vara de medir para todos.

En las últimas horas, Navarra ha registrado cuatro nuevas muertes y 427 positivos. El 6 % de los nuevos casos son personas menores de 45 años, mientras que los fallecidos son dos mujeres de 97 y 82 años y dos hombres de 92 y 88 años.

Las medias que entrarán en vigor el martes en esa región no incluyen confinamientos perimetrales, ya que el foco de contagios son básicamente las relaciones sociales, y limitar la movilidad con otras comunidades tiene dificultades legales, según explicó hoy en rueda de prensa presidenta autonómica navarra, la socialista María Chivite.

Las nuevas restricciones afectarán a las reuniones, que no podrán superar las seis personas, a los aforos y horarios de la hostelería, y a los aforos del deporte, los eventos culturales, y bodas, comuniones y funerales, entre otros actos.

LAS OTRAS «MADRID»

Mientras se decidía sin confinar o no Madrid, en las últimas semanas otras ciudades de España como León (124.000 habitantes) y Palencia (algo más de 78.000 habitantes), en la comunidad autónoma de Castilla y León (centro), o también Ourense (con algo más de 105.000 habitantes), en Galicia (noroeste), han visto limitada la movilidad de sus ciudadanos ante las elevadas cifras de contagios.

También tienen prohibidas las entradas y salidas municipios intermedios como Miranda de Ebro, en Burgos, y Medina del Campo, en Valladolid, ambas en Castilla y León.

Según el Instituto Nacional de Estadística de España, en total 40 poblaciones españolas están confinadas perimetralmente, mientras que 19 han sufrido retrocesos en sus desescaladas y otras 520 están sometidas a distintos tipos de restricciones.

Todas estas medidas afectan a 11,4 millones de ciudadanos, más de un 24 % de la población de España. De ellos, 5,5 millones, están confinados, por lo que sólo pueden salir de sus municipios más que por causas justificadas como, como entre otras, ir a trabajar, a estudiar o al médico.