Villa Comaltitlán (México).- La caravana conformada por miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos y haitianos, retomó este jueves su ruta hacia la capital mexicana y el norte del país, avanzando una veintena de kilómetros más y, según activistas, con más personas.
De Villa Comaltitlán salieron a las 5.30 hora local (10.30 GMT) los miles de migrantes de la quinta caravana de extranjeros de este año en México, luego de que las cuatro anteriores fueran desmanteladas por las autoridades en septiembre.
De acuerdo con el representante del Centro de Dignificación Humana (CDH) Luis Rey García Villagrán, decenas de migrantes se han sumado a la caravana en las últimas horas.
El activista estimó que ya son unos 5.000 los extranjeros que viajan en este éxodo que busca llegar primero a la Ciudad de México para regularizar su condición migratoria y arribar luego hasta la frontera norte.
El aumento de migrantes en esta caravana se debe a que en cada municipio se han sumado más grupos de extranjeros que han estado varados, según explicó García Villagrán.
Los migrantes avanzaron este jueves unos 20 kilómetros más y llegaron hasta Escuintla, donde fueron atendidos por autoridades locales.
Se instalaron en el parque central de este pequeño municipio para descansar de esta travesía que emprendieron el pasado sábado.
De esta manera, la caravana ha avanzando unos 80 kilómetros en total tras partir de la localidad de Tapachula, de los más de 1.100 que hay hasta la Ciudad de México.
MODOS DE TRANSPORTE
Edgar Hernández y César Domínguez son dos migrantes de El Salvador que viajan en la caravana y han decidido avanzar utilizando una patineta (monopatín) ya que en su país practicaba el «skate».
Los dos jóvenes extranjeros, utilizan este método de transporte para avanzar largos tramos de la carretera.
«Hemos caminado con ella desde Tapachula hasta Escuintla, nos ha facilitado porque no caminamos mucho y únicamente empujamos un pie», explicaron a Efe.
Edgar contó que él estuvo en la caravana de migrantes del 2018, y hace dos meses fue deportado desde Mexicali, en el norte de México.
«Intenté arreglar mis papeles en Tapachula, pero al haber tantos migrantes no me ayudaron. Por eso empezamos a viajar en la caravana», remarcó.
FAMILIAS UNIDAS
En esta caravana de migrantes viajan en su mayoría familias que llevan consigo sillas de ruedas, triciclos y carriolas (carritos de bebé) donde transportan a sus hijos, pero también sus mochilas, maletas de ropa, alimentos, pañales y agua.
Darío García, de Nicaragua, tiene 37 años y empuja con una de sus manos un carrito que le regalaron familias de Villa Comaltitlán para poder transportar sus maletas y, sobre ellas, a su pequeña hija.
Además, pidió la solidaridad de las familias mexicanas para que les puedan regalar más carriolas y maletas. Y sobre todo agua debido a las altas temperaturas que enfrentan.
Muchos de los migrantes ya cuentan con heridas y llagas en los pies, lo que hace que su andar sea más lento.
Por su parte, el Instituto Nacional de Migración (INM) anunció en las últimas horas que brindará tarjetas por razones humanitarias a mujeres embarazadas que viajan en caravana.
La región vive una ola migratoria sin precedentes desde comienzos de año, con un flujo histórico de 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020.
Además, las cifras de arrestos en la frontera de Estados Unidos con México alcanzaron en el pasado año fiscal cifras nunca vistas hasta ahora, con más 1,7 millones de inmigrantes detectados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Esta nueva caravana se puso en marcha luego de que en los primeros días de septiembre las autoridades mexicanas frustraron el avance de cuatro caravanas de migrantes que partieron precisamente desde Tapachula.
Entonces, varias agencias de la ONU y ONG criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar dichas caravana.