Puebla (México) – Tras mes y medio de arduo camino, la caravana migrante que salió del sureste de México reposó este miércoles en varios municipios del central estado de Puebla tras avanzar unos 1.000 kilómetros en medio de peligros y cansancio.

 Parte de la caravana migrante -conformada por varios centenares de personas pero dividida ahora por varios municipios de la región- pasó la noche en San Miguel Xoxtla.

Tras cruzar el peligroso oriental estado de Veracruz, alrededor de 200 migrantes, en su mayoría centroamericanos y haitianos, decidieron descansar este día para tomar fuerzas para seguir caminando hacia su meta.

En primer lugar, la caravana pretende llegar a la Ciudad de México para ejemplificar su difícil situación y regularizar su estancia, y posteriormente, una gran mayoría anhela arribar al norte de México y a Estados Unidos.

El contingente partió el pasado 23 de octubre desde el fronterizo municipio de Tapachula, en el suroriental estado de Chiapas, a unos 1.000 kilómetros.

En un principio estaba conformado por miles de personas, que fueron renunciando debido al cansancio y a las ofertas de las autoridades migratorias de regularizar su estancia a cambio de trasladarlos a diferentes regiones.

FRÍO Y AGOTAMIENTO

Con una mañana más fría de lo normal, los migrantes comenzaron este miércoles a despertar y a recoger sus pertenencias tras una difícil noche en la que algunos durmieron a cubierto ayudados por los servicios sociales, pero muchos otros lo hicieron a la intemperie, cobijados por mantas y periódicos.

Brenda, migrante hondureña, compartió a Efe que salió de su país el pasado 12 de agosto con la esperanza de que México los tratara con hospitalidad y respeto.

Sin embargo, estuvo varada en Tapachula hasta octubre. Y cansada de esperar la resolución de su solicitud de refugio, decidió sumarse a la caravana.

“Por la falta de apoyo emprendimos camino el pasado 23 de octubre y desde entonces venimos caminando y nos ha tocado duro. Yo llegué antenoche a Puebla porque la Guardia Nacional venía jugando con nosotros, nos subían y nos bajaban de los tráileres», denunció la mujer, quien recordó que la caravana está conformada por muchos menores de edad.

Compartió que busca tener un mejor futuro para su esposo, su sobrino y ella, encontrando un lugar donde puedan soñar con un trabajo en un entorno tranquilo y seguro.

José Luis Valeria, también de Honduras, explicó que ha vivido momentos de miedo y de impotencia, pero que sabe que no es momento de rendirse porque han avanzado mucho.

Lamentó que tenía muchas ganas de quedarse en México porque mucha gente habla muy bien del país, pero lo han tratado muy mal desde que ingresó y su sueño cambió y ahora quiere buscar asilo en Estados Unidos.

“Nos han insistido y engañado para que nos entreguemos a migración», advirtió.

De igual forma, Carmen, migrante salvadoreña, refirió que todo el camino ha sido difícil, pero aseguró que no renuncia al sueño americano.

VUELVE «QUÉDATE EN MÉXICO»

El restablecimiento este lunes del programa estadounidense «Quédate en México», que obliga a los extranjeros a esperar en ese país mientras una corte evalúa su solicitud de asilo, ha añadido todavía más presión migratoria a la región.

Aunque ahora, según ambos Gobiernos, el tiempo máximo de espera será de seis meses, y se garantizará el bienestar de los extranjeros.

Este programa, conocido formalmente como Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés) e impulsado por Donald Trump (2017-2021), dejó varadas a más de 70.000 personas en la peligrosa frontera norte mexicana durante meses.

Según confirmaron Efe fuentes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México, este miércoles llegaron las primeras dos personas migrantes desde Estados Unidos a México como parte de la reanudación de este programa.

El movimiento se dio desde El Paso a Ciudad Juárez, detallaron.

OLA MIGRATORIA

La crisis migratoria golpeó este 2021 con fuerza México con el arribo de centenares de miles de extranjeros -en su mayoría centroamericanos y haitianos- al país buscando cruzar hacia Estados Unidos.

Las autoridades mexicanas han interceptado a 228.115 migrantes y deportado a 82.627 de enero a octubre de 2021, números no vistos en más de 15 años.

Además, 123.000 migrantes han solicitado refugio en los primeros once meses del 2021, otro récord absoluto pues en años anteriores se llegaba a unas 40.000 peticiones.

Como símbolo de esta creciente crisis, varias caravanas de migrantes han salido del sur de México en los últimos meses, siendo la mayoría de ellas desmanteladas por las autoridades del país, que recibieron exhortos por parte de la ONU debido al trato propinado.

El Gobierno mexicano ha cosechado críticas por su trato a los migrantes y el despliegue actual de decenas de miles de elementos de las Fuerzas Armadas en las fronteras norte y sur para tareas de control, como parte de la cooperación en materia migratoria con Estados Unidos.