Ciudad de México – Todavía quedan tres años para las presidenciales mexicanas, pero la batalla para suceder a Andrés Manuel López Obrador ya arrancó de manera inusitadamente anticipada dentro del oficialismo con la alcaldesa capitalina y el canciller como favoritos.
El primer paso en público lo dio esta semana el canciller, Marcelo Ebrard, quien en plena rueda de prensa del presidente verbalizó lo que se rumoreaba desde hace tiempo: quiere «participar» en las primarias para ser el candidato presidencial del Movimiento Regeneración Nacional (Morena, izquierda) en 2024.
Se quiso adelantar así a su presumible rival, la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien todavía no se ha postulado abiertamente pero hace días que se rodea en sus actos públicos de seguidores que la vitorean al son de «presidenta, presidenta».
EL AVAL DE LÓPEZ OBRADOR
Esto no habría sido posible sin el aval de López Obrador, quien ya dio veladamente el banderazo de salida a la carrera por la sucesión.
Una vez pasadas las elecciones intermedias del 6 de junio, López Obrador sugirió preguntado por la prensa que lo podían suceder Sheinbaum y Ebrard, así como los embajadores en la ONU y en Estados Unidos, Juan Ramón de la Fuente y Esteban Moctezuma, y las secretarias de Economía y de Energía, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle.
«Es muy anticipado el inicio de la sucesión presidencial y creo que es un error que va a costarle la unidad interna de su Gobierno», dijo a Efe Khemvirg Puente, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además, el académico considera que López Obrador «engrosó la lista» para despistar, ya que los únicos con «posibilidades» son Sheinbaum y Ebrard.
A pesar de sus sugerencias, López Obrador ha dicho por activa y por pasiva que no elegirá a su sucesor, a diferencia de lo que ocurría en los Gobiernos anteriores con el tradicional «destape presidencial».
Pero a Puente no le cabe la menor duda de que el candidato será uno de los mencionados por López Obrador, dado que «la cultura política de Morena es de alta sumisión del liderazgo del presidente y no lo van a contradecir».
En entrevista esta semana con Efe, el líder de Morena, Mario Delgado, aseguró que el partido hará una encuesta a finales de 2023 o principios 2024 para decidir a su candidato entre todos los que quieran participar.
Al líder morenista no le inquieta que haya quienes se postulen con tanta anticipación, pues considera que «difícilmente algún aspirante pudiera siquiera hacerle un poco de sombra» al actual presidente.
DOS CORRIENTES ENFRENTADAS
El derrumbe de la línea 12 del metro de la capital que dejó 26 muertos el pasado mayo no ha frenado las aspiraciones de Sheinbaum ni de Ebrard, quien construyó la obra siendo alcalde en 2012, sino que los ha hecho moverse más.
La actual alcaldesa reestructuró esta semana su gabinete con la mira puesta en los próximos tres años, mientras el canciller organizó una reunión privada con sus «amigos y colaboradores».
También anunció su postulación el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, aunque muchos lo descartan por no haber sido incluido en la lista del presidente.
«Ebrard y Sheinbaum representan claramente las dos corrientes más importantes de Morena. Los primeros son los ‘pragmáticos’, que tienen una amplia experiencia en gobierno, y los otros los ‘ideológicos’, con mucha tradición de izquierda», explicó Puente.
Esta división afloró en la batalla casi fratricida del año pasado para escoger al presidente del partido, que finalmente ganó Delgado, cercano al canciller.
En un macromitin del pasado 1 de julio, los mismos que aplaudían a Sheinbaum abucheaban a Delgado.
«Mi labor es ser absolutamente imparcial y garantizar que haya equilibrio parejo para todos y que la gente decida», dijo al respecto el líder morenista.
LA DESCABEZADA OPOSICIÓN
Mientras tanto, los partidos de la oposición siguen buscando un liderazgo claro tras la severa derrota que les propició López Obrador en 2018.
Ricardo Anaya, excandidato del derechista PAN, emprendió de nuevo un recorrido por el país que no ha generado demasiado entusiasmo, mientras algunos en el partido conservador apuntan a Mauricio Vila, gobernador de Yucatán.
En una reciente entrevista con Efe, Vila agradeció que «se mencione» su nombre pero dijo que por ahora está «concentrado al cien por ciento» en su estado.
Mientras la secretaria general del PRI, Carolina Viggiano, dijo a Efe que analizan construir una gran coalición opositora y que «llegado el momento tocará revisar quiénes tienen los perfiles más competitivos».
«Los partidos de oposición no van a ceder la candidatura a militantes de otros partidos. Tendrán que presentar a un ‘outsider’, empresario o comunicador, para aglutinarlos a todos», opinó Puente.