Washington – El proceso para decidir si se vuelve a autorizar el envío de remesas a Cuba desde Estados Unidos, prohibido desde hace casi un año, se ha alargado después de que la Casa Blanca rechazara algunas recomendaciones sobre el tema, informó este viernes una fuente oficial.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó en julio a su Gobierno que identificara posibles vías para reanudar el envío de pagos de remesas a la isla, una fuente de ingresos crucial para los cubanos que el Ejecutivo de Donald Trump (2017-2021) cortó a finales de noviembre de 2020.
Para cumplir con las directrices de Biden, los Departamentos de Estado y del Tesoro crearon un grupo de trabajo sobre remesas que ya ha presentado sus recomendaciones a la Casa Blanca, reveló este viernes un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato.
No obstante, la Casa Blanca ha «devuelto algunas» de esas recomendaciones al grupo de trabajo, porque quiere «asegurarse de que los militares cubanos no van a derivar beneficios» del envío de remesas, añadió el funcionario en una rueda de prensa telefónica con un reducido grupo de medios, entre ellos Efe.
Lograr ese objetivo es complicado, según expertos, dado el amplio control de las Fuerzas Armadas cubanas de la economía del país, y por eso el proceso de evaluación del Gobierno de Biden «está llevando tiempo», en palabras del citado funcionario.
«Estamos explorando opciones nuevas e innovadoras para intentar esquivar al régimen y asegurarnos de que los beneficios llegan directamente al pueblo cubano», recalcó la fuente, que no ofreció un plazo aproximado para completar el proceso.
El funcionario subrayó que Biden quiere encontrar una «tercera vía» en lo relativo a Cuba, entre la apertura del Gobierno de Barack Obama (2009-2017) y la mano dura que impuso Trump, sobre todo después de ver la respuesta cubana a las protestas antigubernamentales del pasado 11 de julio en la isla.
Después de que Trump prohibiera mandar remesas a Cuba mediante empresas como Western Union, que concentraba la gran mayoría de los envíos de EE.UU. a la isla, la única vía que queda para hacer llegar ese dinero es la informal, mediante viajeros que llevan las divisas en efectivo, un método complicado por la pandemia.
Además del tema de las remesas, Biden ordenó en julio a su equipo que analizara el posible traslado de más personal a la embajada estadounidense en La Habana, reducido drásticamente después de que, en 2017, varios diplomáticos de EE.UU. sufrieran unos misteriosos «incidentes de salud» que se han repetido en otros países.
El mandatario también pidió dilucidar si Estados Unidos puede ayudar a mejorar la estabilidad de internet en Cuba, que fue restringido tras las protestas de julio, y ese tema está todavía pendiente también.
«El presidente nos ha solicitado ver qué podemos hacer para (…) facilitar la conexión entre los cubanos, y es un tema que estamos estudiando muy a fondo», señaló el citado funcionario.