Washington – La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, criticó la iniciativa anunciada por los líderes demócratas del Congreso para intentar reabrir la administración a partir de mañana jueves, e indicó que es «imposible», ya que no asegura la frontera.
En un pronunciamiento difundido en la noche del martes poco después de que el presidente, Donald Trump, invitara a los líderes del Congreso a una reunión, Sanders señaló que hasta ahora no han escuchado nada de parte de los demócratas sobre la propuesta «seria» y «de buena fe» del gobernante.
«La presidenta designada (de la Cámara de Representantes), Nancy Pelosi, lanzó un plan que no reabrirá del Gobierno porque falla en asegurar la frontera y pone las necesidades de otros países por encima de las necesidades de nuestros ciudadanos», agregó la portavoz de la Casa Blanca.
El pasado lunes, los demócratas anunciaron que planean aprobar un proyecto de ley de presupuesto provisional para financiar el Departamento de Seguridad Nacional hasta el 8 de febrero, ampliando los fondos para cercados fronterizos y otras medidas en 1.300 millones de dólares, lejos de los 5.000 millones pedidos por Trump.
La propuesta consta de seis proyectos de ley para financiar todo el año 2019, con uno que otorga fondos a la Seguridad Nacional hasta el 8 de febrero.
Sanders consideró que la iniciativa de Pelosi «es imposible», ya que no financia la seguridad nacional ni protege a las familias estadounidenses del tráfico de personas, las drogas y el crimen.
Además, señaló que el presidente ha invitado este miércoles a la Casa Blanca a los líderes republicanos y demócratas en el Congreso para una sesión informativa sobre la seguridad fronteriza.
La administración gubernamental se mantiene cerrada desde el pasado 22 de diciembre en medio del pulso que mantienen Trump y los demócratas por los recursos para construir el muro fronterizo.
El cierre de la Administración afecta a agencias de diez departamentos del Ejecutivo, incluyendo Transporte y Justicia, así como a decenas de parques nacionales.
Desde este 1 de enero, los principales museos de Washington no abrieron sus puertas a raíz de esa situación.
El cierre también perjudica a 800.000 de los 2,1 millones de trabajadores federales, que no cobrarán mientras se mantenga este impasse y están a expensas de la aprobación de un presupuesto.